<<Alma de acero>>

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-¿¡Es enserio?! -. Gritó Leo al ver como un demonio se dirigía a él, justo después de asesinar a otros dos.

"Respiración de las Almas, segunda postura: Castigo de almas pecadoras"

Un solo movimiento de su balero y el demonio ya se encontraba decapitado, el plan de Leo era descansar durante el día para poder mantenerse despierto en la noche.

Ya era el último día de la selección final, solo tendría que encontrar el camino de glicinias o jacarandas y Leo habría pasado la prueba.

El de cabellera castaña se encontraba corriendo en dirección del este para estar más cerca de la puesta de sol hasta que un montón de gritos en otra dirección llamó su atención.

-¡Puaj! ¡Qué asco! ¿Qué acaso los demonios no conocen el perfume o algo llamado "bañarse"? -. Exclamó la voz femenina.

"¿Estará en problemas?"

Leo se acercó de donde provenían los gritos para ver a de nuevo a la chica de cabellos color zanahoria que vio al inicio de la selección.

La chica vestía un haori color magenta con un diseño floral, una boina color rosa y unas botas de un rosa más fuerte.

La figura femenina rociaba desesperadamente lo que parecía perfume hacía los demonios que la rodeaban para después desenvainar su katana

*Respiración del aroma, quinta postura: funeral aromático*

Leo miraba asombrado como varias flores comenzaban a brotar de la katana de la chica mientras ella pasaba su arma enfrente de todos los demonios, quienes eran enredados entre los tallos de las rosas. La de cabellos naranjas saltó detrás de los demonios y con un solo corte, decapitó a las cinco criaturas.

-Estoy esperando mis aplausos morenito-. Dijo ella mientras miraba en dirección a Leo.

-Lo siento, eso fue increíble ¿Quién te entrenó? -. Cuestionó el castaño con admiración.

-A ver, no seas igualado-. Comentó la de vestimenta rosada. – Primero que nada, hábleme de usted-.

-Ahh, pues yo me llamo Leo San Juan y tengo una panadería...-.

-Digo, que me hables con respeto, patán. A ver, repíteme tu pregunta-.

Interrumpió ella, ganándose un suspiro pesado de Leo.

-Disculpe "señorita Teodora" me puede informar quien...-.

-Mi nombre completo es Teodora Vicenta de la Purísima Concepción de la Inmaculada Trinidad Villavicencio, Duquesa de Oraverás, Marquesa del Jujuy y niña de la Condesa-. Dijo ella con una mirada de orgullo.

-Emmmm, si Teodora todo eso, sería tan amable de informarme ¿quién la educó con tan...emmmm...extravagante respiración? -.

-Pues andaba muy tranqui en el Face cuando me salió una imagen de una chava con un uniforme algo chafa, pero súper lindo y me enteré que era de los cazadores y me dije "OMG necesito uno" así que me encontré un entrenador y OBVIAMENTE yo hice la respiración que viste, solo ocupo pasar esta cosa y me dan mi ropita-. Explicó Teodora mientras aplaudía con entusiasmo.

"Al menos es un motivo...válido"

Pensó Leo mientras miraba a sus alrededores, hasta que su vista esposó en un lugar no tan lejano a él.

-¡La zona de jacarandas! -. Exclamó mientras se dirigía a ella.

-¡Ay por fin! Mis pies están cansados de tanto caminar-. Dijo Teodora siguiendo al moreno.

La leyenda de los DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora