𝙋𝘼𝙍𝙏𝙀 𝙄. 𝙇𝙖 𝙫𝙚𝙣𝙞𝙙𝙖 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙖́𝙣𝙜𝙚𝙡 (𝟯)

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3) 𝑅𝑒𝑔𝑎𝑙𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑖𝑒𝑙𝑜

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3) 𝑅𝑒𝑔𝑎𝑙𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑖𝑒𝑙𝑜

Capitulo dedicado a: bxnnysour, Miinnimin, abrilvargas08 y EscarletZuna

Gracias por apoyar esta pequeña historia <33

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″̮ TW : Breve mención al suicidio y algunas palabras hirientes

El edificio abandonado que se pudría al lado de la escuela siempre se había visto envuelto de misterio, a Youngeun no le gustaba para nada.

Cuando llego a Jinsagna, sus compañeros intentaron asustarla con historias de fantasmas o psicópatas relacionados con ese edificio, aunque la inquieto nunca se asustó.

Supuestamente, el edifico perteneció a un pequeño hospital que quedo abandonado tras la construcción de uno más que grande al centro del pueblo. Tiempo después, los terrenos al lado del antiguo hospital fueron usados para la preparatoria. No había nada sobrenatural en eso.

Solo fue una única vez en la que se acercó a aquel edificio.

Esos días se sentían como algo tan lejano, se había quedado sola y se acercó hasta quedar frente a frente. Lo único que separaba al edifico de la escuela era un muro de concreto y una puerta de metal que podía ser fácilmente forzada.

El simple hecho de estar frente a la puerta ya le causaba repudio.

Inesperadamente, una llamada de auxilio y un grito desgarrador fue lo que siguió después, la voz femenina era débil. Parecía que había usado todas sus fuerzas, Youngeun se quedó petrificada.

No fue hasta que la puerta se abrió salvajemente, y la persona que habia dado semejante grito resbalo, cayendo al suelo, directo a sus pies.

Su ropa estaba revuelta y muy sucia, sus cabellos castaños se habían enredado y escondían su rostro, el sollozo era cortado, y trataba de hacerlo en silencio.

Cuando Youngeun se hinco a su altura y la miro a los ojos, vio las marcas en sus mejillas, y los ojos, aunque hinchados e inundados de lágrimas, brillaban.

Fue la primera que Youngeun contemplo esos bonitos ojos de ciervo.

— ¿Estás bien? — preguntó.

"Es obvio que no está bien, ¿cómo puedes preguntar algo tan estúpido?", pensó Youngeun.

— Y-yo... me — tenía una vocecita, que titubeaba nerviosamente.

— Ven conmigo, te llevare a la enfermería si así lo quieres.

𝗟𝗮 𝗺𝘂𝘀𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗔𝗻𝗴𝗲𝗹 𝗖𝗮𝗶𝗱𝗼 - 𝘽𝙖𝙝𝙞𝙮𝙮𝙞𝙝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora