𝙋𝘼𝙍𝙏𝙀 𝗜𝗩. 𝙇𝙖 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙩𝙚 𝙙𝙚𝙡 𝙖́𝙣𝙜𝙚𝙡 (1)

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◟́𝐿𝑎 𝑢𝑙𝑡𝑖𝑚𝑎 𝑙𝑢𝑧◞̀

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◟́𝐿𝑎 𝑢𝑙𝑡𝑖𝑚𝑎 𝑙𝑢𝑧◞̀
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El hombre corría tan rápido como sus débiles piernas le permitían, los cuervos graznaban en el cielo de la noche y sentía como su perseguidora rozaba sus pasos.

Las delgadas ramas le rasguñaban el rostro y en un claro lleno de oscuridad y húmedo por la lluvia, cayo tras tropezar con una raíz.

Volteo a los lados y no hallo peligro. Solo el humo a la lejanía era un recordatorio que esto era real, la luz dorada del fuego de infierno en la tierra.

El cielo lloraba débiles gotas pesadas que chocaban con su piel.

Relámpagos extraños ocurrieron después, iluminaban el cielo, pero el ruido nunca llegaba. Primero uno, luego dos, en el cuarto se ilumino el claro donde estaba tirado.

Cuatro siluetas aparecieron y desparecieron con la misma rapidez, eran como jinetes, pero compuestos por pura oscuridad. Baek ahogo su grito y trato de reponerse, pero al hacerlo ella lo estaba esperando.

Youngeun corrió hasta donde estaba Beomgyu, el trataba de calmar a varios estudiantes de primer año quienes se apretujaban unos a otros.

El la tomo en brazos y le dijo que todo iría mejor. El paso de las nubes indico un fuerte viento, que combinado con la lluvia sacudió la tierra.

Las lonas donde habían estado los cuerpos crucificados se cayeron y estos destellaron tras ser iluminados por relámpagos silenciosos.

Beomgyu miro el cielo en silencio.

Lo pensó largos momentos, desenterrando recuerdos en su memoria y tratando de no trabarse dijo: - Youngeun, te diré lo que paso con Kai.
Así al menos, liberare un poco mi conciencia

Ella lo miro sin mostrar alguna expresión, tomo su mano y juntos fueron a la antigua casa de Bahiyyih que parecía más deteriorada que antes. El sendero de había vuelto casi intransitable y la maleza de había vuelto más gruesa.

Ambos fueron a la habitación de Hiyyih, por primera vez Youngeun observo por la ventana de esa habitacion. Noto como la vista daba lugar a imaginaciones de pesadilla, por un instante creyó ver siluetas horribles que se movían entre las ramas, que observaban y susurraban en la noche.

¿Era acaso, lo que veía Bahiyyih todas las noches? ¿El demonio de la ventana que la visitaba?

Al otro lado, en lo profundo de ese mismo bosque Baek corría desesperado llegando al mismo punto una y otra vez. Se internaba en la oscuridad para volver a la misma luz siniestra con Bahiyyih siendo cobijada por ella.

Un mortal como él no tiene ni la voluntad o fuerza para resistir esas torturas.

Bahiyyih lo contemplaba como un niño a un insecto. Su cabeza hizo eco del pasado, la luz fría le daba una calidez falsa.

𝗟𝗮 𝗺𝘂𝘀𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗔𝗻𝗴𝗲𝗹 𝗖𝗮𝗶𝗱𝗼 - 𝘽𝙖𝙝𝙞𝙮𝙮𝙞𝙝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora