𝗟𝗮 𝗺𝘂𝘀𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗔𝗻𝗴𝗲𝗹 𝗖𝗮𝗶𝗱𝗼 - 𝘽𝙖𝙝𝙞𝙮𝙮𝙞𝙝

𝙋𝘼𝙍𝙏𝙀 𝙑. 𝙀𝙡 𝙙𝙞𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙟𝙪𝙞𝙘𝙞𝙤-𝙁𝙞𝙣𝙖𝙡

◟́  Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.

Pues ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel a quien designó.◞̀

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Beomgyu cubrió a Hikaru con una frazada, trataba de no parecer asqueado por su apariencia, pero las muecas que ella hacía y el cómo contorsionaba su cuerpo en la silla de ruedas lo hacía difícil. Aun así, se esforzó por sonreírle y decirle que todo estaría bien.

De pronto alguien toco la puerta, esperanzado por Youngeun, pero decepcionado al ver las demacradas apariencias de Soobin y Yeonjun.

—¿Qué están haciendo aquí?

Yeonjun miro a Soobin como si quisiera que el dijera los motivos, pero este permaneció en silencio.

—Hiyyih, ¿sabes dónde está? — Pregunto Yeonjun finalmente.

—No la llames así, tú no tienes derecho. Además, ¿por qué debería saberlo?

—Eres amigo de Youngeun, estas en su casa. Queríamos verla a ella, pero estas aquí.

Beomgyu suspiro pesadamente.

—Pues pueden sentirse libres de irse, porque ninguna de las dos está aquí.

Soobin y Yeonjun se miraron entre ellos y sin decir nada estaban a punto de dar vuelta, pero Beomgyu los detuvo.

—¿Para qué quieren verla?

—Es solo ... veras, nosotros —Soobin titubeo —queremos disculparnos, eso es todo.

Beomgyu soltó una risa sarcástica. —¡¿Ustedes?! ¿enserio? ¿Ahora? ¿Qué creen que van a solucionar con eso?

—Nada. —Respondió Soobin. — Escucha, yo hice cosas horribles por Baek pero está muerto y por eso pude sentir por primera vez lo que era la paz.

—Creo que tus disculpas llegaron tarde. —Dijo Beomgyu.

—Lo se. Soy un ser humano horrible y si muero hoy me sentiré agradecido. Pero quiero discúlparme antes.

Beomgyu no respondió. Hikaru soltó un quejido porque la frazada se había deslizado y una corriente fría la alcanzo.

—Oh, no me había dado cuenta que estaba aquí. — Dijo Soobin rápidamente.

Beomgyu iba a ir con ella, pero Yeonjun se adelantó y fue el quien la cubrió de nuevo.

—Bueno, entonces ella no está aquí. Y creo que no quieres que nos quedemos.

Beomgyu se mostró reacio cuando Yeonjun le extendió la mano para un apretón.