20. Última noche: Aidan.

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Aidan Gallagher.

Lo había logrado, la puerta se había abierto. Quería saltar de felicidad en ese momento, aunque me daba un poco de miedo el interior, hasta que recordé que el tiempo era poco.

Tenía la idea de que al entrar encontraría a una anciana de una edad demasiada elevada, recostada en la cama casi al borde de la muerte, cuál fue mi sorpresa al ver lo contrario. Había una señora, no tan joven pero tampoco tan vieja, no merecía el sujeto de ser llamada abuela; lo único que no me falló fue verla recostada en la cama, solo que no al borde de la muerte. Cerré despacio y puse seguro, por si Nahima salía antes y se le ocurría abrir la puerta.

-Aidan Gallagher- dijo la señora al instante en que me vió.

-Abuela Béirre.

-Sabía que la curiosidad no te iba a soltar, mi intuición nunca se equivoca.

-Necesito hablar con usted.

-Supongo que de las ascalaphas, ¿o me equivoco?

-¿Es bruja o adivina?

-Sé más cosas de lo que te podrías imaginar.

-Entonces tal vez podría ayudar a su nieta a detener todo esto.

-Te equivocas, ella está siguiendo un camino que debe pasar, sí o sí. No hay alternativa.

-¿A pensado en las vidas inocentes que eso puede cobrar?

-No hay personas inocentes, chico. Tan solo los niños hacen cosas que saben que está mal, es como si comiera un pedazo de pastel que le prohibiste comer, él sabe que está mal pero sin embargo, lo hizo. Hay pecados en todas partes.

-Se trata de su nieta- alcé la voz.

-Guarda silencio o ella podría oírte- me miró fijamente-. Ella solo es un títere más, sus poderes como lo que es son casi invisibles.

En el resto de la casa se escuchaba como si alguien buscará algo desesperadamente.

-A lo que voy, niño, es que la oscuridad siempre estará un paso más adelante que él sol.

Mientras analizaba esa frase, unos toques tan rápidos se escuchaban del otro lado.

-Abuela, ¿has escuchado algún ruido extraño?

Era Nahima, había salido de bañarse y ahora me estaba buscando pero aún no era el momento de regresar ahí afuera. Le hice señas a la abuela para que por favor no dijera que yo estaba aquí, de lo contrario me mataría al ver lo que le oculte.

La mujer solo me vió con una sonrisa sarcástica para golpear dos veces un mueble. Rápidamente la chica del lado contrario hizo otra pregunta.

-¿Hay alguien más contigo?

Volví a rogarle a la señora y ella imitó la misma anterior acción. Parecía funcional, al último solo se escuchó a Nahima correr mientras se alejaba de la puerta.

-Gracias, por no decir nada- bajé la cabeza.

-No fue porque me estés agradando, sino por conveniencia propia.

Ascalapha | Aidan Gallagher - Fanfiction  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora