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Inosuke Hashibira |°| Kimetsu No Yaiba

Título: Recuerdo de un alma amable.

Tipo: 🔥.

-No estaba tan pequeña pero recuerdo esa noche con dificultad, el miedo a lo que me podría ocurrir si pasaba la noche en el exterior era tan real que me fue inculcado aún a muy temprana edad.

Tenía ocho años, todos los días mi padre subía la gran montaña cerca del pueblo para cortar madera, él era muy fuerte y yo también quería ser fuerte como él, quería ser útil, un día llena de energía seguí a mi padre al interior de la montaña para ayudarlo, sin que él lo notará pues me lo prohibirá si se lo mencionaba... Quizás fui muy lenta o él demasiado rápido pero perdí su rastro, cuando ya no escuchaba si quiera sus pasos sabía que estaba perdida entre los miles de árboles.

-¡Papá, Papá! —Grite en un intento por llamarlo pero nadie vino por mi, me rendí y pensé en volver a casa pero... —Era... ¿Era por aquí? No... No lo re-recuerdo.

El miedo me invadió... No podía estar tan tarde en el exterior ¿Porque? No lo sabía en ese momento... Pero sabía que no debía o algo malo me ocurriría.

Una vuelta tras otra, no llegaba a ningún lado ni tenía ninguna señal de que estaba cerca de casa. Me sente en el césped abrazando mis piernas mientras veía al frente.

-Cuando los niños se pierden... Deben quedarse sentados y esperar a que alguien los busque. —Me repetí, una enseñanza que mi madre me a dicho desde siempre.

Pero nadie me buscó, las horas pasaron rápidamente y la tarde le dio paso a la noche... Abrace aun mas fuerte mis piernas y mi rostro se ocultaba en mi cuerpo, comencé a llorar desconsolada, terriblemente asustada y arrepentida por haberme perdido.

Tenía miedo, mucho miedo.

-¡Hey niña! —Escuche una voz —¿Estas llorando? ¡Haces mucho ruido!

La voz infantil de un varón, levante mi cabeza un poco encontrándome con los unos hermosos ojos verdes de lo que supuse era un niño por su voz, sus rasgos eran tan delicados que dudaba su género... Quizás de mi edad aunque no podía asegurarlo.

-Tú... —Me levante rápidamente con un aire de esperanza —¿¡Quien vino contigo!? ¿Vinieron a buscarme?

Parecía confundido. —¿Buscarte? ¿Porque vendrían a buscarte?

-Pues... ¡Porque estoy perdida! —Respondí con desesperación —¿Tú también te perdiste?

Negó inmediatamente. —Yo vivo aquí.

-¿¡Eh!?...

El niño frente a mi demostró una gran sonrisa, lo detalle un poco mas ahora que mis ojos dejaron de liberar lágrimas, su ropa parecía bastante desgastada y vieja... ¿De verdad vive aquí?

-¿En la montaña?

-¡Si! —Respondió efusivo —¡Es toda mi montaña! ¿¡Porque tú niña estas en mi montaña!?

-Y-Yo... Yo no quiero estar aquí —Mis ojos se volvieron a inundar —¡No se como volver a mi casa y seguramente voy a morir!

-¿Morir? —Se acercó a mí rostro detallandome —No pareces enferma.

-No lo estoy niño tonto. —Respondí ya con un poco de molestia —Pero moriré, la noche tiene peligros y yo estoy sola...

-¡Hey ¿Como me llamaste!? —Gritó con enojo por mi insulto —Además no estas sola, yo también estoy aquí, asi que deja de llorar como una cobarde.

-No soy cobarde... —Mi nariz hizo un sonido por el llanto de hace un momento.

-¿¡Mm? Pruébalo! —Se levantó apuntandome con el dedo —Deja de llorar o te dejaré sola.