Tomando la primera gran decisión

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Aunque el día de ayer pude huir de papá, sé que no podré escapar más de mí misma, no porque no pueda, la verdadera y única razón es que me estoy autodestruyendo y no puedo solo hacer caso omiso.

Salgo de la cama con la determinación de buscar una escusa para no volver a ver a Miguel, preparo el desayuno mientras reviso los mensajes de whatsapp que no leí el día de ayer.

Mi mejor amiga preguntando los detalles del momento que a mí en ese momento me avergüenza contar, pero en el fondo quiero compartirlo con ella, no le contesto, la llamaré luego.

Un mensaje de papá, indicando dónde dejó el dinero para mi día de hoy, le respondo deseandole buen día.

Y llegué al mensaje de Miguel, aquél mensaje en el cuál me habla del día de ayer, prefiero no responderle hasta que sepa que hacer.

Carolina me ha reventado el móvil para salir a beber, no tengo mejores planes así que supongo que iré, termino de desayunar, busco que ponerme, le doy una escusa a papá y salgo a su encuentro, pensando en temas de conversación con tal de no hablar sobre lo que hice, pues ella es amiga de Miguel y lo último que quiero es hablar de él, solo voy porque sé que el tequila es el amigo que necesito el día de hoy.

Una vez en el taxi le doy una llamada a Caro para avisarle que estoy en camino.

- ya me contaron maldita, ¿cuándo pensabas decirme?-
-¿De qué hablas?- no puedo creerlo, espero que suceda un choque justo ahora.
- Miguel llamó a Fabrico para contarle lo que pasó entre ustedes ayer - está eufórica.

Colgé, no hay choque y no podía creer lo que estaba sucediendo, el momento que quería asimilar, se estaba esparciendo por todos lados antes que yo pensará siquiera en lo que hice. Cuelgo dos llamadas más de Carolina hasta que sepa que decir. La llamo y me justifico diciendo que fue casual, me río de lo que dice y le respondo que le contaré cuando llegue.

Fumo dos cigarros antes de subir al departamento de Fabricio, dónde sería la reunión, entro y una vez más finjo ser otra persona, río, tomo, fumo, no solo cigarrillos y hablamos del tema. Fabricio empieza a hablar de Miguel, dice lo llamo hace una hora para decirle que estoy rara, que será mejor alejarse de mí por un tiempo. ¡Lo tengo! La excusa perfecta, el motivo que estaba esperando.
Me voy del departamento horas después, llegando a casa de papá me siento a pensar que escribir y termino abriendo el chat de Miguel para expresarle mi exagerada indignación por lo que dijo, como toda una niña lo bloqueo y me tumbo a la cama pensando una vez más que estoy haciendo con mi vida. Llamo a mi mejor amiga y solo con ella me abro, de verdad le digo lo que siento, por primera vez confieso los verdaderos sentimientos que tenía hacía aquél chico que no supo tratarme pese a que en el fondo supongo que se esforzó, pero que sabía yo, no era lo que estaba esperando en un chico. La decisión está tomada, sé que ha sido la correcta y que es el inicio del cambio.

Mis impulsosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora