Entramos a la habitación, aún estoy media sacada de onda por la actitud de aquella chica, pareciera que anda bajo los efectos de algún potente energizante o algo por el estilo, me arrimo a la pared de mi cama mientras ella saca su álbum de fotos del que me venía hablando.
De entre dos fotos saca una carta, la aprieta contra su pecho y me la muestra.
Dear pau
Supongo que el tiempo dentro te
esta haciendo bien, por eso sigo
esperando el turno para ir a
verte nena, estoy orgulloso de
la mujer que amo, por favor no
olvides que aquí afuera te
espera tu futuro esposo, para
vivir una vida larga y salada.
Besos
Con mucho amor
Bryan.- Fue su última carta, desde que lo conocí a los quince, siempre ha estado conmigo, pero siempre le falle - su voz se empieza a oír entrecortada y no reprimo mi duda
- ¿Cuál es tu problema? Digo por algo debes estar acá ¿por qué estás lejos de Bryan?
- Tengo un trastorno obsesivo compulsivo por lo dulce, he llegado a iyectarme - no aguanta, me abraza y lloraSolo alcanzo a abrazarla o a responder el abrazo, ya que fue ella quién se me lanzó encima llorando, pero la entiendo, sé de que habla, sé lo que siente y lloro con ella.
Leo mientras como algunos chocolates de colores que saqué del cajón de Paula mientras ella estaba en la ducha y me percato que ha empezado a llover, me acerco a la ventana, las gotas caen en el árbol de al frente de manera muy ruidosa y solo me imagino la falta que me hace un trago en aquél momento, no porque sea alcohólica, solo que iría bien con aquella lluvia. Paula sale del baño con una graciosa bata, una toalla en la cabeza y se tumba en mi cama.
- Mitología griega ¿es enserio?- sacude mi libro como planeando que caiga algo y se la quitó de las mano
- No hagas eso que yo no sacudo tu cajón botando todo, me como los dulces y dejo todo en orden, lee mi libro, pero con cuidado ¿oiste?
- Sí general - hace un gracioso gesto militar y se empieza a cambiar delante mío
- ¡Dios mío! ¿Acaso no tienes pudor?- grito y le tiro una toalla.
- ¡Valla que fresa! Ven acá que te voy abrazar - corre desnuda persiguiendome corro, salgo de la habitación y cierro la puerta, esa chica está demente.Me aseguro de haber abrochado mi abrigo y doy un vistaso a aquél centro que más parece una preciosa casa, una campanada me toma por sorpresa y alguien les pide al grupo de enfermeros que pasen la voz para el amuerzo, Carmen está en aquél grupo.
- Ya oiste, anda a comer
- Sí bueno, esperaré a Paula para no ir sola ¿te parece?
- Bueno ya tú ve, pero debes ir, yo iré a ver a esa muchacha
- No entres, solo tocale la puerta mejor no está bien no está
- ¿vestida? Jajaja yo he bañado a esa niña - sube las escaleras riéndoseSigo con mi exploración, los mayores están en un tipo de sala enorme con tres televisores, todos en el mismo canal.
- Linda jovencita pasame el pañal que está en aquella mesa por favor - se lo hubiera pasado, pero habían tres paquetes de pañales allí y antes que alcance a preguntarle, alguien me interrumpe.
- Ella no sabe que pañal usas Ewduar, es una visita ¿cierto? - me mira y sonríe, alcanzado el pañal que el anciano antes me había pedido
- Mmm, no en realidad
- Entonces supongo que estás aquí ¿por?
- Mmm - lo miro seriamente
- Lo siento, muy directo ¿no? Soy Camilo, tengo 27, soy editor de revistas y bueno, estoy aquí por mi adicción al éxtasis- es tan ligero al hablar que hasta me intimida - ¿vas almorzar?
- Sí claro, pero estoy esperando a mi compañera - sus grandes ojos verdes me han logrado poner nerviosa
- Bueno mmm
- Yvanna, mi nombre es Yvanna.
- Te veo luego en el comedor entonces
- Sí está perfecto.Camino reprochando la manera como me comporte, ya me dejé ver como una idiota.
- ¡Oye! ¿dónde has estado? Bajé directo al comedor desnuda para abrasarte y no has estado ¡me mandaron a vestirme por tu culpa!
- Debes estar bromiando, mejor dime ¿conoces a un tal Camilo?
- Sí claro, aquí todos nos conocemos, dicen porque lo escuché casualmente pegada a la puerta de los doctores que hoy va llegar un chico y a que no sabes que adicción tiene
- A lo salado ¿y será tu alma gemela?
- Fue bueno, cruel chiste, pero bueno, no, es ninfomano, ah apuesto que te has puesto nerviosa.
- Idiota, mejor vamos a comer que tengo hambre, dicen porque lo oí casualmente pegada al comedor que solo hay bife en punto azul.
- Ah, que chistosa - me coge del brazo y caminamos hacia el comedor- enserio fue gracioso, pero siempre hay champiñones para mí.
ESTÁS LEYENDO
Mis impulsos
Teen FictionAquel texto es una reseña de vida de una joven, la cual al pasar el tiempo logra lo que más busca, controlar sus impulsos, lo que la ayudará a tener la tranquilidad que viene buscando por años. O al menos eso siente por algún tiempo.