Historia 1 (C)

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La unidad hace la fuerza


Flug canto unas cuantas canciones más, antes del cierre del espectáculo. A la concurrencia le costo un poco recuperarse de las sensaciones que despertó la voz del científico.

Cerca de la medianoche, se llevo a cabo la presentación del artefacto que traía el centauro para su exposición. Todos quedaron cautivados por la joya tan extraña de la que emanaba un aura poderosa, sin embargo, nadie se atrevió a insinuar su venta. La mirada del villano los persuadió bastante, junto con el grupo de guardias intimidando a la concurrencia.

Cuando la exhibición termino, se llevo a cabo una pequeña ceremonia de cierre, donde Flug aprovecho el momento. Dejo a un Hatbot mejorado para que adquiera su apariencia y reprodujera su voz, en el baño (volvería junto a la clienta tras unos seis minutos) y se escabullo a buscar al centauro. Le había mandado un par de señales para que lo encontrara en una habitación del hotel, aprovechando que los guardias (en su mayoría) estarían resguardando la joya en su camión blindado.

Camino hasta el pasillo secundario, de atrás del salón de fiestas, y tomo el elevador para ir al quinto piso. El invisible, y algo cachondo, Black Hat aún le seguía muy deseoso de lo que estaba por pasar. A duras penas se recupero de la avalancha de sensaciones que estaba experimentado, siguiendo los pasos del científico algo abrumado y en automático.

Un último ruido, le indico a ambos hombres que habían llegado. Salieron del ascensor y caminaron hasta una de las puertas relucientes que se encontraban en el pasillo. Al cabo de unos segundos, esta se abrió revelando a un empleado del hotel que se marcho tras cederle el paso al visitante y su sombra.

—Doctor Flug, por favor, póngase cómodo.

Llego la voz desde el amplio saloncito. La criatura estaba semi recostada en su parte equina con una botella de vino sobre la mesa ratona y dos copas en las manos. Con su cabeza le señalo el sofá individual al genio malvado, quien se sentó inmediatamente después de desabrocharse el saco.

Flug tomo la copa ofrecida y agradeció con un cabeceo. Unos segundos después, degusto la bebida con satisfacción.

—Delicioso... ¿Puedo notar algo de arsénico entre la dulce fruta?

—Es usted mas culto de lo que escuche, doctor.

La seducción obvia del empresario casi le dan arcadas al de ojos desiguales.

—Lord Black Hat solo consume lo mejor, yo como empleado debo poder abastecerlo con perfección.

Al centauro no le cayo en gracia que se mencionara al rey de la villanía con tanta arrogancia y orgullo, pero el ego del susodicho quedo muy satisfecho. Flug tenia una mirada petulante y seductora, como incitando al otro sujeto a contradecirlo.

—¿Es realmente un Lord? No se sabe mucho sobre él ¿o sí?

Solo un ligero tic en la ceja izquierda le delato al eldritch la molestia que ocasionaron esas palabras en su empleado. Aquello hizo que empezara a extenderse un calorcito en su interior. Tal grado de devoción y lealtad... mi querido Flug te mereces mas reconocimiento de mi parte...

Flug se acomodo recuperando la calma y observo su bebida mientras que respondía.

—La jerarquía de los Vӫklӕh es la mas antigua de todas las existentes. Pues son los eldritch que gobiernan la oscuridad en todos los universos y realidades existentes. Los Hat están emparentados con casi todas las ramas altas... Creo entendido que una tía abuela suya es prima política de la mismísima reina...

Su voz casual, pero solemne, enmudeció a Aaron Creed quien frunció el ceño, dispuesto a no saber si aquello era cierto o no. Aunque, de cualquier manera, no debía contrariar al ser arcano o podría irle fatal.

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