7. Aroma

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Notas iniciales:

¡Ya sé que tardé! No me manden al carajo por ello.

Trabajo, familiares que enfermaron, ¡mis mascotas enfermaron! Y justo cuando mi hermosa CCC me entregó el capítulo corregido mi laptop no volvió a prender. Necesito una limpia.

Les pido su infinita paciencia a esta golpeada autora que está intentando publicar desde una tableta.

Ando un poco awitada porque todo se fue y no sé si habrá recuperación, se fue el 8vo de Injusto ( ; ω ; )

Pero ya saben, esto estará largo, así que tienen tiempo de disfrutarlo (o sufrirlo), con CALMA (」°ロ°)」


***

Aunque muchos lo ignoraran, Lan Xichen conservaba el medio vínculo que llegó a sentir por breves instantes mientras reclamó al conejito. No hablaría de ello pues sería aceptar que aquello que los cielos le concedieron, aquella mágica unión, se había derramado en la sangre de aquel horrible día.

Y justo frente a sus ojos, volvía a suceder, su único anhelo seguía derramándose, creando un gran charco rojo bajo él, rindiéndose ante las garras de la pantera.

Shuoyue dejó una línea delgada y tenebrosa en el aire.

La cabeza de la pantera hubiese sido suya, de no ser porque una onda de energía provocó que tanto espada como pantera se estrellaran contra la pared.

No sólo sintió indignación debido a que su propio hermano atacó su espada, la furia que brotaba desde su corazón nacía debido a que siempre odió a la pantera y se le fue arrebatada la oportunidad de hacerse con su vida.

Era mezquino, lo sabía, pensar que la pantera le quitó al conejito cuando fue él quien dio la mordida que terminaría con cualquier oportunidad de que su adorado destinado fuese feliz, pero eso no quitaba la envidia y los celos. Todos esos años sabiendo que Jiang Fengmian intentó aparearlos. Algunas veces escuchando que lo había logrado, otras, que el conejito era ofrecido a otros alfas si lograban someterlo.

Jiang Cheng no tenía la culpa, pero si Lan Xichen hacía caso a aquella fugaz sensación de tener un destinado, a ese instinto arraigado que le gritaba lo que por derecho divino le correspondía ¿quién podía culparlo? Nunca lo demostró, siempre fue estricto consigo mismo.

Por lo que ver a Wei Wuxian muriendo a manos de la pantera fue lo que hizo que el podrido sentimiento finalmente surgiera.

Fue Lan Wangji quien se explicó —Sigue siendo su hermano.

Su preciado hermano, el que con amargura vieron que lo protegía y lo hacía reír, la parte de la familia que estaba con él pese a sus orígenes y a las habladurías de la gente. Matarlo hubiese sido matar al conejito de forma lenta.

Sin perder tiempo más allá de un "gracias", ambos fueron a revisar a Wei Wuxian. Mechones cortos y largos de cabello se le pegaban al rostro debido al sudor, agua y sangre. Su cuello era una grotesca pintura de morado, rojo y negro.

Lan Xichen sostuvo a Wei Wuxian y agradeció que siguiera respirando. Comenzó a transmitirle energía espiritual, tenía que ser un hilo suave y constante, no forzar demasiado para que el núcleo y cuerpo no lo resintieran —Lleva al joven Jiang con la doctora, ella sabrá cómo ayudarlo.

Lan Wangji se tensó en los hombros. El dulce aroma de Wei Wuxian seguía extendiéndose, podía saborearlo con facilidad, podía imaginarse el calor del omega todavía atravesándolo. Y no, no quería pensar mal de su hermano, nunca lo hizo, mas dejarlos a ambos solos le daba un mal presentimiento.

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2022 ⏰

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