Axel abrió un nuevo archivo de PowerPoint y se puso a trabajar en la presentación pendiente, la hora en la esquina de la computadora marcaba las diez con trece de la noche. El celular estaba a un lado por si recibía nuevos mensajes.
Más temprano, Gad se había mostrado renuente en ir a su casa. Después dijo que estaba cenando y que ya hablarían más tarde. Así que tendría que esperar un poco más. Era cómodo y extraño que se hubiese acostumbrado tanto a esperarlo cada noche, como si no se vieran en la escuela todos los días.
¿Qué habría pasado?, ¿estaría todo bien? Solo era una cena, así que lo más seguro era que sí.
Debía dejar de darle vueltas al asunto.
Hizo su parte y le mandó el archivo a Lala. A ella no le importaría recibir el mensaje tan tarde. Claro, ahora que la conocía, con los demás era más estricta. Nada de trabajos después de las nueve, pues aparte del desmadre, le gustaba ir al corriente y no aplazar sus tareas. Mantenía unas notas excelentes para no perder su beca.
Ella respondió de inmediato.
Gracias, haré mi parte y se lo enviaré a Gad para que lo termine. Seguido de una carita feliz.
Un par de minutos después, llegó otro mensaje, no era lo que esperaba:
No me contesta, espero lo vea más tarde. Carita triste. Buenas noches, no hagas fiesta sin mí. El emoticón que le seguía al mensaje era una carita que guiñaba un ojo y sacaba la lengua.
«Tampoco a ella le contestó».
Empezó a revisar su horario para el día siguiente, ya debería irse a dormir, pero seguía sin ningún otro mensaje. «Qué raro».
Malcolm asomó la cabeza y lo llamó.
—¿Qué pasó? —respondió, aún frente a la pantalla de su laptop.
—Este... —cambió el peso de un pie al otro—, yo solo...
—Vamos, te escucho. —Hizo una seña con la mano, invitándolo a pasar.
—Quería preguntarte algo —dijo al entrar por fin a la habitación. Se sentó en la cama cerca de él.
—Dime. —Giró su silla para estar frente a frente.
—¿Sabes si Lala tiene novio?
—No, no sé.
—Ya veo —respondió, inseguro; se quedó callado, miró hacia el suelo.
—Si quieres, averiguo —ofreció de forma amable. No había visto a su primo con esa cara de abatido en un buen tiempo, así que quizás esta vez iba en serio.
—¿Lo harías? —cuestionó esperanzado, y un brillo atravesó su mirada.
—Sí. —Asintió—. Te sacaré de tu miseria.
—Ya que estás en eso, pásame su número, ¿no?
—¿No se lo pediste antes? —respondió Axel un poco escéptico.
Malcolm solía decir que algún día se asentaría, aunque claro, sería con la indicada. Y mientras eso pasaba, no le hacía daño tener un poco de diversión, que tampoco era un monje.
Su vida, sus reglas. Axelei no cuestionaba los ideales de su primo. Bastante tenía con ocuparse de sus propios asuntos en cuanto los momentos grises se acercaban.
—¿Por qué crees que te lo pido ahora? —cuestionó Mal con sarcasmo.
—Malcolm Ivanov Murad, déjame decirte que eres un caso perdido —comentó y negó con suavidad.
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Siguiente nivel
RomanceAxel necesita dejar el pasado atrás y abrazar el futuro, Gad necesita dejar de fingir que todo está bien y luchar por lo que vale la pena. Sin embargo, en la vida, así como en los juegos, alcanzar otro nivel será complicado. *** Dos chicos inician l...