Capítulo 37 No es traidor

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Despedí con una sonrisa el carruaje de mi madre quien partía a Manisa junto a mi hermano querido

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Despedí con una sonrisa el carruaje de mi madre quien partía a Manisa junto a mi hermano querido.

- Es una lástima que no pueda ir con ellos - la suave voz de Hurrem rompió el silencio.

- Toda una lastima - me di la vuelta para regresar al palacio.

- Pero es más lamentable la muerte de Nihal hatun, escuche que fue un presente de usted para mi Mehmed - comentó caminando a mi lado.

- Tiene razón, fue un presente. Se dice que estaba involucrada en asuntos turbios - nuestras miradas se encontraron y pude ver en sus ojos el reconocimiento.

La mujer apartó la mirada y adelantó el paso, una sonrisa burlona surcó mis labios, alcé la vista, a la distancia su majestad observaba todo desde su balcón. Hice una reverencia cuando sus ojos se posaron en mi y continué mi camino hacia los aposentos de favorita de Peyker hatun, la muchacha al parecer tenía buenas noticias que dar.

- ¡Abran paso a la Sultana Raziye! - las mujeres del harem se pusieron de pie e hicieron reverencia.

Las criadas de los aposentos de Peyker abrieron las puertas al verme, entré al lugar, la rubia se encontraba leyendo un libro, una costumbre que adquirió al pasar tanto tiempo con mi dulce hermano.

- Peyker - con suavidad pronuncie su nombre.

- Sultana - se puso de pie con velocidad e hizo una reverencia para posteriormente acercarse a mi con una sonrisa radiante en su rostro, parecía brillar como una pequeña hada - Que bueno que esta aquí, quería que usted fuera la primera en enterarse - rió con suavidad y con cuidado tomó mis manos las llevóa su vientre.

Abrí mis ojos con sorpresa y no pude evitar unirme a su risa, aquello si son buenas noticias, sintiéndome en suficiente confianza la abracé.

- ¡Estoy embarazada! ¡seré mamá! -

- ¿Mi hermano ya lo sabe? - pregunté una vez estuve calmada.

- Aún no se lo he dicho, quiero que sea una sorpresa -

- Definitivamente es una sorpresa - reí ante su inocencia - Ahora ve y cuéntale a mi hermano. El harem está de fiesta hoy - deje un aleve caricia en la blanquecina mejilla de la joven.

Peyker asintió con la cabeza para posteriormente salir de los aposentos, miré a mi alrededor inflando mi pecho con orgullo y soltando un suspiro deje el lugar.

- ¡Sumbul agha! - el eunuco hizo una reverencia - Que repartan oro y dulces, Peyker hatun está en cinta - sus ojos se abrieron con asombro.

- Por Allah bendito, que buena noticia Sultana - el hombre hizo una reverencia y se marchó trotando.

Un poco de paz y alegría no estaba mal. Como me gustaría ver la cara de Cihangir, una bendición para un angel.





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Raziye Sultan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora