Capítulo 2 Ya soy grande

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Una niña de unos seis años corría por los pasillos en ocasiones chocando con alguna de las mujeres se encontraban en su camino.

La pequeña reía a carcajadas, volteó su cabeza hacia atrás para asegurarse de que no la seguían, al no ver a nadie a sus espaldas la niña se detuvo, colocó su manitas sobre su pecho recuperando la respiración.

- ¡Te tengo!- una voz gritó prácticamente en su oído haciéndola sobresaltar.

Con prisa giró sobre sus pies para ver al causante de casi infarto.

- Me asustaste- le reprocho a su hermano pelirrojo.

El joven príncipe empezó a reír de la cara de su hermana menor, era tan graciosa cuando infla sus cachetes por su enojo.

- Debiste ver tu cara Raziye, te dije que te atraparía-hablo con suficiencia.

- Estoy segura de que haz hecho trampa- dijo la pequeña de forma acusadora.

- Claro que no, lo que pasa es que eres muy lenta y yo soy rápido y muy inteligente- se auto alabo.

- Solo tú crees eso, cabeza de zanahoria- le dijo la niña para emprender la huida, su hermano detestaba cuando le llamaba por aquel estupido apodo.

Ambos niños volvieron a correr por todo el lugar, hasta que la menor chocó accidentalmente con una figura mayor que ella, al subir la vista se encontró con los ojos de la sultana Hurrem.

- Disculpe, no la ví- hablo la pequeña con rapidez.

- Perdón madre, ha sido un accidente- la secundo su hermano.

- Esta bien, pero deben ser más cuidadosos- le dijo la sultana -Bueno Selim despídete de tu hermana, se acabó el juego.

- Madre pero hoy no tengo clases -dijo el príncipe.

Hurren dedicó una mirada de advertencia a su hijo pues no estaba de humor. La sultana había visitado a su majestad con el intento de saber cuándo se marcharía el şehzade Mustafa a su provincia y con ello se llevaría a su madre. Tener a la pequeña hija de Mahidevran frente a ella solo empeoraba su humor.

El recordatorio viviente de que su majestad no cumplió con su palabra.

Selim miró a su hermana y esta le devolvió la mirada con tristeza. Raziye ama jugar con su hermano.

Ambos hermanos se despidieron con un pequeño abrazo para luego seguir caminos distintos, la sultana emprendió su camino a los aposentos de su madre.

Las criadas de la puerta abrieron tan pronto vieron a la pequeña sultana.

- Madre- hizo una reverencia.

- Mi hermosa Raziye, te estaba esperando- le dijo su madre con una sonrisa.

- ¿Dónde está mí hermano?- pregunto, tomando asiento junto a su madre.

- Pronto terminarán sus deberes y cenaremos juntos, mande a preparar aquel postre para ti- las palabras de la mayor causaron una sonrisa en su rostro.

Mientras esperaban la llegada del príncipe Mustafa, madre e hijas sostuvieron una amena charla.

- Madre, hermana- el joven príncipe reverenció.

- Hermano- la menor abrazo a su hermano mayor con fuerza -Te esperábamos, mamá mando a preparar lokma-dijo sonriente.

Mustafa admiró la emoción de su hermana por unos dulces, su pequeña hermana traía alegría a su vida.



***

- Madre puedo ir con mi hermana, Mihrimah- la pequeña cuestionó a su madre.

La sultana Mahidevran que hasta el momento sonreía quedo seria, no le gustaba la cercanía de su hija con los hijos de la serpiente rusa.

Raziye Sultan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora