LIBERACIÓN

35 2 0
                                    

Podía soportar cualquier dolor, cualquier sustancia que me obligaran tragar o inyectar, podía seguir viviendo a pesar del horror y sufrimiento, siempre y cuando tuviera a Jeanne y Charlotte a mi lado. Eso era lo que pensaba todos los días, hasta que sucedió algo que lo cambio todo. Los científicos que habían estado experimentado con nosotras, hallaron aquello que tanto ansiaban y con lo cual nos habían torturado durante toda nuestra vida. LA ETERNIDAD. La capacidad de convertir a humanos en vampiros de forma artificial y más eficiente. Sin la debilidad del sol, y con una fuerza superior a un vampiro natural. Entonces; ¿porqué tuvieron que morir las personas que más amaba, en este asqueroso y horrible mundo?

Uno de los científicos, actuando con euforia y entusiasmo, vino a nuestra celda, y nos arrastro hacía la sala de inyecciones. Sala en la cuál nos inyectaban substancias (de las cuales nosotras no teníamos ni idea de lo que contenían), o nos extraían sangre. En un principio, pensé para mis adentros que sería lo mismo de siempre, pero lejos de la realidad sucedió algo que hizo perderme a mi misma para siempre. Nos inyectaron un suero más oscuro de lo que estábamos acostumbradas, y de repente todo se volvió borroso, confuso. Me pesaban mucho los párpados de los ojos, y no podía aguantar el equilibrio. Me sentía muy mareada. Caí rendida en el suelo. Y entonces noté un dolor intenso, como si algo me apuñalara en el corazón con mucha fuerza. No podía soportarlo, era el dolor más fuerte que jamás llegué a sentír.

Entonces todo acabo. Cuando recupere mis cinco sentidos, me sentía más fuerte que nunca. Abrí los ojos, y me levanté con una agilidad la cuál no esperaba para nada, pero poco después, vi algo que me dejó en shock totalmente. Tanto Jeanne como Charlotte, se encontraban tiradas al suelo muertas ante mi, con los ojos vacíos y con lágrimas de sangre en sus pálidas mejillas. Los científicos estaban alegres. Eufóricos. Gritando en un idioma que no entendía: "WIR HABEN ES ERREICHT" al otro lado de la sala. Preparando correas y esposas, dirigiéndose hacía mi. A su vez, vi los otros empleados de la corporación. Entraron en la sala y se llevaron los cuerpos sin vida de mis mejores amigas. Supe de inmediato a donde se las llevarían. A un crematorio. Como a los demás que terminaron muertos...

Quería llorar. Quería destruirlo todo. Quería morir.

Y en un arrebato de ira grité. Entonces antes de que se dieran cuenta de mis acciones, ataque a los científicos; con una velocidad inhumana. Clavé mi mano derecha al corazón del primero y se lo arranqué. A continuación, fui a por el segundo y separe la cabeza de su cuerpo con una poderosa patada. Y al último; en un impulso más veloz le perfore su estómago, atravesandolo por completo con mi mano izquierda. En el instante en que termine con mi matanza, lo supe. Ya no era humana. Era algo más, algo que se había vuelto más hábil, más fuerte. Entonces tome una decisión. Escapar de ese horrible lugar.

Poco después, un empleado entro en la sala y horrorizado vio la escena. No le di tiempo a reaccionar y le giré el cuello con facilidad. Una vez muerto, salí de la sala y avance por las instalaciones. Vi a más empleados que se interponían en mi camino, y de unos golpes veloces los maté. Ellos no nos tuvieron piedad cuando la necesitábamos, y ahora yo no se la iba a dar. Llegue a una sala llena de unos artefactos cuadrados con una luz azul. No sabía que era. Por desgracia, mi conocimiento del mundo era muy limitado. O eso creía. Porqué por alguna extraña razón, tras mirar con más detalle el artefacto en cuestión, supe que era un ordenador. No entendía nada. ¿Cómo era posible que con solo mirar esa pantalla, supiera lo que era, sin haberlo visto nunca? Sinceramente, me daba igual. A estas alturas ya nada me sorprendía, tras haberme transformado en algo inhumano. Tan solo quería escapar.

Entonces registre el ordenador, lo cual tuve suerte y pude manejarlo con facilidad. Encontré un mapa del lugar, y averigüe donde estaba la salida. También vi que había una sala llamada: ARMERÍA. Se me ocurrió una idea tras ver ese nombre, y entonces antes de que me fuera, vi un archivo que ponía: Proyecto "ILOMÁN". No sabría decir el porqué, pero ese nombre me llamo mucho la atención, y entré en el archivo. Leí su contenido con sorpresa y desagrado. ¿Enserio creían que iban a llegar a algo con eso? ¿Cuál era el nivel de locura de esas personas? Por desgracia, parece ser que conmigo si funcionó. Así que una vez terminé de leer, cerré el archivo y me fui. Este lugar estaba muy bien equipado, así que iba a aprovecharlo al máximo. Me dirigí a la armería en pocos minutos, y encontré un arsenal repleto de armas. Saqué unas cuantas armas, ametralladoras, pistolas, también encontré un cuchillo de combate y explosivos con temporizadores. Metí todo lo que pude en una bolsa grande y salí del lugar. Entonces me di cuenta de que iba con una bata rota y ensangrentada. Si quería escapar hacía el mundo exterior, necesitaría ropa más abrigada. Así que con mi equipamiento en mano me dirigí hacía unos vestuarios que divise en el mapa anteriormente. De camino me encontré con los individuos que se llevaron los cuerpos de mis amigas y en un arrebato de ira y venganza, los maté con unas estocadas al corazón con mis propios brazos. Después de eso grité despavorida y lloré un mar de lágrimas. No las volvería a ver nunca más, no iba a escuchar la dulce voz melódica de Jeanne, ni las suaves risas de Charlotte. Nunca más. Tuve que seguir mi camino, eso era lo único que podía hacer. Cuando llegué a los vestuarios, rebusqué en las taquillas, y encontré una sudadera con capucha, unos pantalones y unas botas negras. Ya equipada y vestida me disponía a salir. De camino coloqué los explosivos, que programé para que explotaran en unos minutos. Hubieron más tipos que se interpusieron en mi camino, estos en cuestión iban armados con pistolas, pero eso no me supuso ningún problema, ya que en cuestión de segundos los maté, sin darles ninguna oportunidad de poder apretar el gatillo. Entonces antes de salir, me pase por las celdas de contención, para ver si podía sacar a alguien más, pero tan solo vi a muertos en vida. Seguían vivos, pero tenían la mirada muerta. Incapaces de moverse. Incapaces de reaccionar. Me fui, no podía hacer nada por ellos, tan solo dejarles morir.

Llegué a la puerta grande metálica, la cuál supe con totalidad que era la salida. La atravesé y vi algo (que una vez más) no me esperaba. Cruce la puerta y llegué a un entorno hogareño. Era una zona muy bien amueblada, y había juguetes tirados por el suelo. Me puse en estado de alerta para ver si había alguien por la zona, pero no detecté nada, el lugar estaba vacío. Entonces salí al exterior, y me encontré con un bosque denso. Era de noche. Me giré para ver la casa desde fuera y vi que había un letrero que ponía: Orfanato "LUMIÈRE POUR ENFANTS SANS ABRI". Esto debía de ser una broma de muy mal gusto. Entonces caí en la cuenta de que tan solo era una tapadera. Una tapadera muy maléfica. Esos lunáticos se hicieron pasar por un orfanato que acogía a niños sin hogar, pero resultaba que todo eso era falso, tan solo los acogían para que fueran conejillos de Indias. La crueldad humana, va más allá de mi entendimiento. Ya no quería saber nada más de eso, y volví la cabeza hacia el bosque. Divisé, a unos pocos metros una furgoneta, me dirigí hacia ella con sumo sigilo y abrí la puerta de la parte del conductor con mucha fuerza, que casi arranqué del propio vehículo. Dios... La discreción no era lo mío, sinceramente. Una vez que entré en el interior, encontré las llaves en la guantera, y mientras intentaba arrancar, en mi mente paso mucha información que desconocía del mundo. Cómo vivían los humanos en el exterior. Cómo las criaturas sobrenaturales se escondían de la sociedad humana, y todas las normas de convivencia que había entre ambos seres. No entendía nada, ¿como podía saber aquello? Entonces lo noté. Era mi habilidad de supervivencia, la cuál hacía, que a pesar de mi corto conocimiento, logrará saber todo lo que necesitaba para sobrevivir. Siguiendo un instinto que me enseñaba y dictaba como debía actuar sin tener ningún problema. También noté que quedaban unos pocos segundos para que explotara todo. Arranqué la furgoneta y acelere el paso. Poco después escuche la explosión, y supe en ese momento que era el principio de mi vida. Y lo primero que debía hacer en ella era; cumplir con mi objetivo: Vengarme de lo organización que nos hicieron daño a mis amadas amigas, a todos los niños que cayeron en sus crueles garras y a mi con sus inhumanos experimentos, y acabar con cada uno de ellos para siempre. Para ello, empezaría por investigar la mansión la cuál estaba nombrada dentro del Proyecto "ILOMÁN", ubicada a treinta minutos del laboratorio.

Moonlight of BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora