capitulo 3: LA LUZ EN EL REFLEJO DEL AGUA

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Narra Rodrigo.

Hacía dos días no le hablaba a Dante a pensar de sus súplicas, estaba Molesto con el y también con Minkus, eso fue totalmente irresponsable y peligroso, todo por no tenerse la confianza suficiente, en una relación eso es lo primordial.

Jodidos jotos, y podía decirlo yo porque si.

- anda ¿En serio no vas a hablarme?- pregunto por milésima vez Dante mientras yo trataba de morder mi taco de pollo, lo fulmine con la mirada.

- ¿Cuando nos dirán que paso?- pregunto Derek viéndonos aún intrigado, no tenía ganas de contar aquello, pues podían correr peligro, no cabía duda de que ese tipo nos había amenazado con venir aquí y hacer algo con tal de que Minkus apareciera.

Mire a Dante, me daba un poco de pena pensarlo pero ¿Podría haber Sido alguna pareja de Minkus? No lo creo, el lo golpeó sin culpa, pero ¿Se puede coger sin amor no?.

Negué con la cabeza, podría ser que lo que quisiera era el cuerpo de Minkus en si.

- No les diremos - dije cortante, mi cara de amargura desapareció al ver el cabello rojizo de mi bello Patrick con una sonrisa boba me levanté y me acerque a el.

- Ahí va el enamorado - escuché decir a Erik, el cual también ignoraba por abandonarnos.

- Patrick- lo llame haciendo que girara a verme.

- Hola Rodrigo, ¿Que tal tus clases hoy?- pregunto sonriéndome, esa bella sonrisa.

- bien, es decir se pasó rápido, justo ahora ayudare al equipo de natación ¿Vienes a alentarme? - le pregunté esperando que dijera que si, puesto que no había podido pasar tiempo con el por miedo a aquel sugeto, pero ahora no estábamos en peligro, estábamos en la cafetería y no había manera de que el hombre nos viera.

- chicos - esa voz, era definitivamente el - quería dejarles folletos - me gire a ver lentamente la voz que provenía detrás de mi, y efectivamente estaba ese tipo de nuevo, tenía el golpe que le había dado Minkus en la mejilla.

Me quedé en shock un momento viendo fugazmente su estúpido folleto de nutricion.

-¿Cómo entraste aquí?- murmuré aún analizando la situación.

El sin borrar su sonrisa "amable" me tendió aún más el folleto.

- el director me dió permiso, es información interesante.

Tragué saliva y tome al lunático peligroso del brazo haciéndolo caminar hasta desaparecer de la cafetería, eso había parecido valiente pero estaba muerto de miedo.

El aún no sabia que Dante estudiaba aquí y era mejor mantenerlo así ¿o si lo sabia?

Lo solté y lo mire a la cara retandolo, el al ver que no había nadie a la vista soltó una sonrisa burlona.

- vaya, te atreviste a tocarme, agradece que no están mis subordinados.

- ¿que es lo que quieres?- pregunté sin rodeos, este tipo no era buena persona, y menos si Minkus estaba tan molesto.

- Directo al grano - rio burlón - ¿Estás interesado en que deje en paz a Minkus?- pregunto con voz gatuna tomando su mentón.

- Sinceramente dudo que aunque no lo dejes en paz el caiga en tus trampas - dije casi en un murmuro temiendo a equivocarme.

- parece que no lo conoces- sonrió ladino - Minkus no solo es pretencioso y avaricioso, también es lujurioso - dió unos pasos quedando a mi lado.- Si quieres que tu amigo no sea lastimado te veré al salir de la escuela, escuché que tienes clases de natación, te espero afuera.

Puso su mano en mi hombro dando un golpecito y se fue sin más arrojando los folletos al aire.

Me quedé pensativo un momento, ¿Que quería que yo hiciera? ¿Coger con el? Negué con la cabeza, no podría hacer eso. ¿Dinero? No tenía nada más que mi mesada, bufé ¿Dante haría lo mismo que yo? Y aún lo dudaba, elbsin dudar lo haría.

Mire hacía afuera, había mucho que pensar, ¿Mi amor no correspondido o el amor que por tantos años a luchado Dante?

No sabía si mi ayuda serviría de algo antes la lujuria de Minkus, pero no quería sentirme culpable por ello.

Con la cabeza por las nubes continué mi día, Patrick me había cuestionado la actitud con el repartidor de folletos, le dije que el director me había pedido avisarle este tipo de cosas, obviamente era mentira, pero el se la creyó.
Y el me acompañó, estábamos juntos sentados en la orilla de la alberca esperando a los demás, mire a Patrick y su hermosa presencia, sus bellos cabellos rojizos un poco húmedos por las gotas del agua, y sus pecas adornando sus mejillas, el era perfecto.

Era como ver un ángel, el sol se estaba ocultando haciéndolo ver más brillante, ojala mi cara de enamorado no se viera tan obvio

- chicos- Lulu había llegado, se sentó a mi lado y me codeo - hola tu - me saludo con media sonrisa y un pequeño rubor en la mejilla - hola Patrick.

- hola - saludo el con una sonrisa amplia, mi corazón se estrujó, no sonreía así conmigo, y no cabía duda que su corazón se había acelerado.

- el profesor me había dicho que hoy no habría entrenamiento, vine a decirles - dijo ella levantándoce de nuevo y tendiendo su mano para ayudarme a levantarme, no sabía si tomarla o no, así que para evitar mal entendidos entre todos solo rei.

- ¿estás loca? Te dañarás el coxis - dije divertido levantándome por mi cuenta, ella rodó los ojos y ayudo a Patrick a levantarse.

Los mire un momento, Patrick se sentía bien a su lado, y ella se veía diminuta a su lado a pesar de parecerme tan delicado.

Era más que obvio que a él no le gustaba el parecer lindo, el era un chico, al cual le gustaban las chicas.

Solo me vería como un amigo, un chico con el que podría hablar de su primera cita, o como cuidarce en su primera vez.

Quizá sería buena idea olvidarme de mis sentimientos.
Me puse la camiseta, mi vista se enfoco en el coche negro que estaba parado enfrente de nosotros después de los arbustos, era ese tipo con sus lentes de sol.

Quizá resolver eso sería lo primordial, Dante me necesitaba en este momento.

- chicos, tengo que irme - informe sin esperar respuesta tomando mi mochila y salí corriendo de ahí con mis zapatos en la mano y mis pies descalzos aún húmedos.

El piso estaba caliente mala idea, llegué hasta el coche dándome cuenta que Lulu y Patrick se alejaban dentro conversando divertidos.

- sube - la voz del tal Artur me hizo reaccionar y abrí la puerta del coche.

- ¿me vas a matar?- pregunte confuso.

- no tienes dinero, u algo que puedan ofrecerme por ti, y tampoco gano nada haciendolo, Minkus jamás volvería a mi sí lo hago - dijo viéndome de reojo.

- Vete al diablo - bufé subiendome al coche, había Sido un día muy difícil para mí, y estar en un coche con dos gorilas que podrían molerme golpes junto con un posible asesino no me ayudaba en nada.

- a casa - dijo el, al instante su hombresote cuidador encendió el coche, el silencio inundó la situación y no me molestaba solo quería huir y besar a Patrick por primera vez, ese sería mi deseo antes de la muerte.

Solo esperaba no equivocarme en esta situación, mire de reojo a Artur, a quien de le veía pensativo viendo los árboles, como admirando su alrededor.

Así inclusive no parecía un asesino, viéndolo bien no era alguien feo, y parecía ser mayor que yo algunos años.

Tal vez hoy podría morir.

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