La noche avanzaba rápidamente. Sin embargo, aún no habían encendido las lámparas. Los débiles destellos de la luna ascendente apenas conseguían traspasar la gótica oscuridad de la habitación.
Una brisa suave y fresca recorrió la habitación solitaria. La claridad de la luna, penetrando en el cuarto a través de las pintadas vidrieras, los gruesos pilares con mil matices diversos de luz y color: un silencio universal reinaba a su alrededor, turbado sólo por el cerrar de alguna ventana.
La calma de la hora y la soledad del lugar contribuyeron a fomentar la disposición de Valentine a la melancolía. Se dejó caer en el asiento que había junto a él. Pensó en su posible representación artística, y en los obstáculos que podían oponerse a sus deseos; y mil visiones cambiantes flotaron ante su imaginación, tristes, es cierto, aunque no desagradables. Insensiblemente, el sueño se fue adueñando de él, y la tranquila solemnidad que embargaba su espíritu momentos antes, siguió influyendo en sus sueños durante un rato.
Soñó que aún se encontraba en la iglesia de madera de Cizer; Multitud de lámparas de plata derramaban su esplendor desde el abovedado techo. Acompañada por el cántico lejano del coro, la melodía del órgano inundó la iglesia. El altar parecía adornado como para una fiesta señalada: estaba rodeado de un espléndido grupo de personas; y en el centro se encontraba el mismo, vestido de blanco, ruborizado.
Esperanzado y temeroso, Valentine contemplaba la escena que tenía ante sí. De súbito, se abrió la puerta que conducía a la abadía, y vio avanzar, escoltado por una larga fila de monjes, al predicador que miraba con veneración.
-¿Dónde está el novio? -preguntó uno de los monjes.
Valentine pareció mirar con ansiedad por la iglesia. Involuntariamente, el joven avanzó unos pasos.Bajo su mismo techo habitaba un ser tan delicado y bello que podía haber sido el modelo de un pintor en el paraíso, salvo que sus ojos eran demasiado pícaros y vivaces para pretender a un alma y no a un ser vivo, parecía mucho más ágil y veloz que las gacelas, y también mucho más grácil. Era, en resumen, el verdadero sueño de un vampiro.
Mostrando la hermosura de sus formas al dejar flotar su túnica al viento, bajo la ávida mirada de Valentine.
A veces, sus cabellos lucía ante los rayos del sol con un brillo sumamente delicado, cambiando rápidamente de matices. Pero ¿por qué intentar describir unos encantos que todo el mundo veía, mas nadie podía apreciar? Emergiendo de la sombra y dando a conocer su presencia. El hombre hermoso, con una nariz afilada y un lunar debajo, sobre el labio. Su piel era de un verde intenso, sus ojos una mezcla perfecta de tonos reales de violeta. Su cabello era oscuro y espeso, cayendo en ondas alrededor de su rostro y deteniéndose en su mandíbula. Su mandíbula perfecta y afilada. Era la inocencia, la juventud, la belleza, sin estar aún contaminadas por los atestados salones, por las salas de baile. Mientras el joven anotaba los recuerdos que deseaba conservar en su memoria para el futuro, el ser estaba a su alrededor.
Sin embargo, Una lluvia de sangre brotaba de su cuerpo, semejante a una nube negra que empuja ante sí un huracán. El viento al rozar su piel no generaba las sensaciones comunes que siempre le genera el invierno. Estaba muy acelerado, con las piernas cansadas por la tensión, ya no soportaba las gotas que, gracias al viento, con fuerza caían en su cara.
despaciosamente, aquellos participantes de la ceremonia que hace unos momentos miraba con admiración desaparecían en un humo negro y condensado, pero eso no le importó, solo se concentro en su amado.tomó su brazo y con un impulso desconocido, pero deseado; tubo la fuerza para quebrarlo, saboreando un desesperado grito lleno de dolor. El hermoso hombre quedó en estado de shock; rápidamente Valentine, le dió un puñetazo en el rostro, lo tomó del pelo y azotó la cara contra una pared.
Antes de "asesinarlo" a golpes, lo miró con unos ojos que gritaban cuánto disfrutaba el momento.
Disfrutaba cada grito, cada llanto, cada gota de sangre que salpicaba en su cara.
El piso se iba torciendo en forma de espiral, dejándolo de cabeza y restaurando su posición normal reiteradas veces. Sus pies no se despegaron del suelo en ni un momento. La frecuencia de las vueltas aumentaba, hasta que en un punto terminó de girar (dejándolo de cabeza) y se encontraba ante un gran charco de sangre a sus pies. No dudó y saltó con emoción sobre él... se sumergió ahí dentro.Comenzó a hundirse en el charco, que parecía no tener fondo. Estaba rodeado de sangre, aun así no se ahogaba. Luego tocó suelo firme y escuchó cómo todo el líquido que lo rodeaba comenzó a succionarse a sí mismo... O eso creyó... en realidad se estaba despertando.
escuchó un sonido silbante como el de una gran serpiente, el chico intentaba liberar la cabeza, pero la tenía algo aturdida por el sonido de su móvil.
Tras un par de respiraciones profundas el vampiro comenzó a tranquilizarse.
El sonido de las vibraciones se le metía en el cerebro como una mala migraña. cogió su móvil revisando los mensajes de la única persona que hablaba con el después de la escuela: Wisp.
Se levantó con los brazos adoloridos, miró la gran cantidad de mensajes, la mayoría preguntando por su salud.
Decidió teclear el icono de videollamada, así podría ver a su mejor amiga en un mundo colorido y estrellado, con los granos de arena más finos, brillosos y únicos. Las telas Espectaculares, llamativas... Que nunca podrá ver.A los minutos la cara de preocupación de Wisp se mostraba a través de la pantalla. Kieran solo sonrió pesadamente mientras tocaba su cara, no se podía reflejar en la pantalla, pero estaba lo suficientemente consciente del deterioro de su maquillaje.
— ¿Por qué estos días has estado raro?— Rompió el silencio wisp.
Los segundos parecían siglos, siglos en los que tardó en responder al recuperarse de las somnolencia.
— Últimamente he tenido pesadillas.— El
contacto incompleto entre sus cuerdas vocales produjo un sonido rasposo.— Lo lamento mucho, ¿Sabes por qué ocurre?— preguntó preocupada.
— No exactamente, pero realmente no me importa. He tenido peores.—
—¿Qué fue lo que soñaste?— Mientras más preguntas hacia, más hostigado se sentía. Claro que estaba mintiendo sobre haber tenido pesadillas más fuertes.
— Ese chico, el hermano de Casta. A veces sueño con él, pero no de una manera bonita...— Suspiró pesadamente.— ¿Sabés? Me escogieron para hacer una presentación artística, ¿No es eso genial?
— ¡Lo es!, ¿Exactamente qué harás?— Kieran titubeó.
— Ese es el problema... Aún no tengo ni la menor idea.— dió una sonrisa tenue.
— ¿Cómo, no les han dicho que hacer?— Kieran negó con la cabeza.
— Hmmm, no, queda al libre albedrío de cada monstruo; Algunos van a mostrar sus pinturas, otros cantarán... No soy malo en ninguna rama artística, pero tampoco soy el mejor.—
— ¡Ya sé!— la chica gritó casi emocionada. — Dijiste que tenías un libro de poesía, deberías recitar uno de tus poemas.— sonrió cálidamente.
— Porfavor, esos poemas solo están hechos para manipular. Incluso si "ya estoy perdonado" — Dió énfasis a esas palabras con comillas siendo formadas por sus pálidos, largos y esqueléticos dedos.— Nadie querrá ver esa parte de mí de nuevo.
Valentine se sentía ansioso, asustado. El vampiro ya tenía su pasado en aquella institución y le daba mucho miedo lo que podría pasarle. Los recuerdos de hace dos años atrás lo atormentaban horriblemente; aún podía recordar y sentir el aroma de aquella fétida sustancia verde a la que había caído. Recordaba aún cómo todo el mundo lo repudiaba e insultaba incluso después de expresar abiertamente que ya no era el mismo Kieran Valentine de antes, el idiota que coleccionaba el amor de las chicas. Un nuevo Kieran Valentine había nacido hace un año y no planeaba irse pronto.
— Crea algo nuevo, tus pesadillas pueden ser una buena fuente de inspiración. — Sugirió brevemente.
Tal vez no sería mala idea.
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𓄹 ♡ ! 🅽 𝖾 𝗐 ✦ : 𝗅 𝗂 𝗳 𝗲. (Monster High, Kieran Valentine × Spelldon)
Fiksi PenggemarHistoria abandonada.