12 ⚝ Deseos prohibidos

646 37 8
                                    

¿Me habéis echado de menos? Sí, ¿verdad? Lo sé, lo sé

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Me habéis echado de menos? Sí, ¿verdad? Lo sé, lo sé.

Tranquilxs, no he aprovechado este mes para pensar en nuevas ideas para haceros sufrir, desgraciadamente he estado muy ocupada con exámenes y con un bloqueo escritor. 

Me ha sorprendido las personas que me han ido preguntando para saber cuándo iba a actualizar. Siendo haberos hecho esperar.

Tampoco os quiero entretener más. Seguimos con el viaje de LHDD, con sus personajes, sus líos sentimentales, sus secretos y sus peligros. 


***


Daveth


Una vez más, volvía a repetirme a mí mismo lo mal que se me daba recibir tanta atención. En cuanto Ignis y yo volvimos con los demás, todos se me echaron encima. Podía comprender la preocupación de mi familia y de Jasir y Yelisa. También entendía la angustia de los demás, pero el reencuentro se alargó por horas.

Excepto Dawen y los suyos, el resto no se despegó de mí, preguntándome qué había pasado y cómo habíamos logrado volver. Era más curiosidad y fascinación que otra cosa, y aunque eso no me molestaba, sí que me sentí incómodo cuando todo el mundo parecía estar sobre mí.

Sólo hubo una pregunta a la que no respondí. Una que me revolvía el estómago y me perforaba el corazón.

No sé cómo lo habían hecho, pero Jasir y Yelisa se habían puesto de acuerdo para alejarme de los demás mientras parábamos a dar un descanso. El sol pegaba tan fuerte que tuvimos que colocarnos bajo la sombra de un árbol. Los tres sentados formábamos un triángulo.

Desde que había vuelto, Jasir y yo habíamos vuelto a hablar como si no hubiese pasado nada entre nosotros. Así era la mayoría de veces, simple y fácil. A veces necesitábamos eso, espacio, tiempo, y dejar que nuestros sentimientos se calmaran. Ya habría tiempo para lo demás.

Fue Yelisa la que rompió con el silencio.

—¿Nos lo vas a contar a nosotros?

Pasé a mirarla, dudoso.

—La única cosa que no has contado —explicó—. ¿Nos lo vas a decir?

—Qué remedio, ¿no?

—Eso es mentira —negó Jasir a mi lado—. Puedes elegir si contárnoslo o no, sabes que no te vamos a obligar.

Sonreí porque era verdad. Dirigí mi vista hacia Arlet. Últimamente sonreía más, cosa que no era muy típica en ella. No sabía cúal era la razón, quizá se debía al viaje, una aventura para ella. O quizá era Ignis, que le estaba haciendo sentir más cómoda que ninguna otra persona. Esa era una de las cosas que más podía agradecerle a la pelirroja.

La hija del Diablo  [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora