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── JOHNNY, NO DEBERÍAS HACER ESTO, estamos afuera ─ Dijo un niño estando arrinconado contra una pared y frente suyo otro niño levemente más bajo que él, quizás por dos o tres centímetros.

Era un día de verano normal o eso estaban esperando ambos niños antes de salir de sus casas. Horas atrás, a uno de ellos se le anunciaría que se tenia que ir por el trabajo de su padre, el cual era un médico bastante bueno y solicitado, así que ese día tenían que disfrutarlo, ya que era el último.

Ambos jóvenes de 10 años estaban detrás de un arcade ; ese día era perfecto para salir y divertirse con las máquinas de juegos o en la pista de patinaje del mismo arcade. Habían salido de este lugar hace poco y llevaban los premios que habían ganado en las máquinas ; un oso de felpa para el más alto y una pelota pequeña para el más bajo.

En el arcade, el joven castaño le había dicho a su amigo platinado que se tenía que ir, este primero empezó a llorar, su mejor y único amigo se iría por quién sabe cuánto tiempo, se sentiría solo sin él, pero luego de prometer mutuamente que jamás se olvidaran, las aguas se calmaron y es en ese momento cuando llegamos a la primera escena.

Sus miradas se conectan de una manera mágica, el de ojos enjoyados color verde sonreía mientras un leve tono rojizo se asoma por sus pómulos y el de faroles cerúleos solo tenía una leve sonrisa estirada sobre sus belfos. Sonreía con gracia por los nervios de su " amigo ".

El sol caía sobre sus cabezas, anunciando la llegada del crepúsculo y eso significaba las últimas horas que tenían juntos para compartir.

── Pero me vas a dejar, por lo menos quiero un recuerdo ─ Musitó con una sonrisa burlona el mayor, pero al mismo tiempo el más bajo, de los dos, quien tenía una pizca de picardía, aunque seguía siendo bastante inocente. El de ojos cerúleos acercaba sus labios hacia la mejilla del más chico, quien solo se sobresalto por ello y aparto el rostro. Haciendo una cara de asco fingida.

── Eres un idiota Johnny ─ Suelta entre algunas risas dulces el de ojos verdosos, mientras golpea su hombro y lo aparta de él, haciendo que queden uno al lado del otro contra el muro pintado de colores. Se podía sentir un poco más libre de ese modo ─ Prométeme que no vas a meterte en eso de Cobra Kai, no me da buena espina el profesor ese.

Hizo una mueca mientras sentía un escalofrío de solo pensar en como ese hombre lo termino mirando un día que, junto a Johnny, habían pasado por el local de karate. Lo veía como si fuera un animal indefenso ante un gran predador como él, como si quisiera hacerlo trizas con solo su puño. No ayudo a la situación que justo ese momento estuviera enseñando a romper una tabla con sus manos.

── Sensei, se dice sensei, bonito . . . y tengo que hacerlo si algún día quiero dejar de ser un " Perdedor " y que dejen de molestarnos. . . Estaré bien, lo prometo ─ Miro a su lado, el perfil de su amigo desde los 4 años era bastante lindo, siendo casi angelical para sus ojos. El de ojos enjoyados tomo su mano y acaricio sus largos dedos, sus nudillos ; sus manos eran ya bonitas.

El menor solo lo miro, había sentido su mirada intensa, sintiendo como en su pecho algo se apretaba y estrujaba ; estaba aterrado por el bienestar de su mejor amigo. Sentía miedo, estaba aterrizando de pensar que algo podría pasarle si lo dejaba solo con ese tipo.

Suspiro en signo de derrota, al ver qué, haga lo que haga, Lawrence haría todo lo contrario. Lo miro por unos segundos más, llevo su mano libre a los cabellos del muchacho rubio y los desordenó con cariño.