Labios

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Ya hablar contigo se ha convertido en una carrera contra mis impulsos, yo luchando con mis ganas incontables de robarte un pequeño beso, y creo que voy a terminar más loco de lo que ya estoy.

La verdad exagero, ya que no todo es tan malo. No hay nada que me alegre más el día que escuchar tú voz, así sea por accidente. Y vale la pena el luchar contra mi mismo, por sólo unos minutos de tú dulce risa.

Al hablar contigo, mi cabeza deja de ser el lugar ordenado y tranquilo que es la mayoría del tiempo, para convertirse en un acalorado debate en el cual la pregunta principal es "¿Por que no la beso?".

Luego de tantas peleas con alter ego, llegué a la conclusión de que no la razón de mi abstinencia a besarte, es simplemente porque no quiero. Ya que se ha convertido en mi rutina imaginar como sería besar tus labios, y la verdad no creo que me gusté romper el misterio tan pronto.

Anecdotas de un Imbecil sin sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora