Ya hace dos semanas que estoy en alta vista. Tía Isabel está mucho mejor, he conocido o recordado más el pueblo, incluso tengo una amiga llamada Camila es prima de Sofía pero no se llevan nada bien por la arrogancia de ella y su madre. También conocí a su hermano Camilo (son mellizos) el cual me está intentando enamorar, pero aunque no está nada mal, estoy con mi mente en lo imposible "el padre David".
Con el padre David en estas semanas me he llevado bien pero estoy tratando de no topármelo tanto a parte de en la cena, aunque todas las noches me quedo en su cuarto a ver tv mientras él prepara sus mensajes para las misas. Desde que llega me marcho porque quiero evitar a mis hormonas. Pero justo una noche de tv me quede dormida en su cama.
Desperté por el roce de una mano en mi mejilla y una voz masculina y hermosa susurrando mi nombre
-Diana, Diana ,...
- 5 minutos más por favor.- digo aún adormilada y pensando que es mi hermano intentando despertarme en la casa de mi madre. De pronto, siento una mirada sobre mi cuerpo que me quema 🔥 y despierto de golpe.
- ¡ohhh, perdón! Me quede dormida, lo siento.
-tranquila no tienes que disculparte.
-¿qué hora es?
- son las 12:00 am
- santo cielos, ¿porqué no me despertó antes?
Y en un susurro casi imposible de escuchar dijo: porque parecías un ángel dormida.
- ¿qué?
- porque no quería que perdieras el sueño. Parecías muy cómoda.Me levante de la cama mientras él me ayudaba a incorporarme para que no me cayera al ponerme de pie, pero aún así tropecé con su pie y terminamos los dos sobre la cama.
Y justo ahí estaba su respiración agitada acompañada a la mía que seguía el ritmo rápido de un tambor africano al mismo tiempo de los pálpitos de mi corazón. No sé qué tiempo pasó, pero sí que ninguno de los dos hacíamos nada para movernos de esa posición, él en la cama boca arriba y yo encima cara a cara.
-lo siento.- dije poniéndome de pie el estaba tan nervioso que no respondió. También se puso de pie y se encerró en el baño. Yo sin saber qué hacer me fui a mi cuarto. Me tiré en la cama y me cubrí la cabeza con la almohada y solté un grito preguntándome ¿que acaba de pasar?.
Durante toda la noche no pude dormir solo recordando sus ojos mirándome a centímetros de distancia, su respiración acelerada, sus labios entreabiertos y su pecho agitado. Mi mente iba de ¿por qué y lo besé? A !santo cielos, que vergüenza!
Al día siguiente no lo vi hasta la noche y no sabía que decirle así que solo cenamos en silencio junto a tía Isabel que nos miraba con cara de saber que algo había pasado, aunque era algo obvio 🙄 siempre durante la cena no nos callábamos y hoy no nos hemos dirigido una sola palabra.
Ya Isabel acostada me dirigí a mi cuarto pero como la vida me quiere joder la existencia nos encontramos en la mitad de la escalera, que para empeorar la situación era muy angosta para cruzar los dos sin chocarnos. No sabía qué hacer, si detenerme y pedirle disculpa otra vez o cruzar sin dirigirle la palabra como había hecho al cenar. Pero él habló primero: te deje la televisión encendida.
- no es necesario, hoy no tengo ganas de ver la televisión.
-no tienes que dejar de ir por lo qué pasó.- a lo que restándole importancia pregunté: y ¿qué fue lo qué pasó?El silencio era cortante en ese instante, el no quería decir que nos estuvimos a punto de besar los dos en su cama, era natural suena fatal decirlo en voz alta y más para un sacerdote.
-no sé qué piensa usted pero para mi solo ocurrió un accidente-. Él con la cabeza baja sin mirarme dijo: si, tienes razón no ocurrió nada-. Seguido bajo las escaleras y yo me quede ahí como idiota mirándolo embobada.La verdad, no tuve el valor de ir esa noche a su cuarto, no quería que el llegara y me encontrara ahí.
Días después mi tía me llamó:
- mi niña- me llama tía Isabel
-digame
-¿podemos hablar un segundo?- su club del chisme se acaban de ir y yo me dirijo a hacer la cena antes de que el padre David baje a cenar.
- si tía ¿de qué desea hablar?
- puede que no me haya casado nunca pero soy una vieja que a aprendido mucho con la observación, con la cual puedo saber cosas que otros ni siquiera se imaginan. - la verdad no estoy entendiendo nada ¿será que el accidente le desconectó las neuronas?
- no entiendo tía a qué se refiere
- Mi niña, ¿piensas qué no se lo que suceden en estas paredes por estar en esta silla?
- Tia continuó sin saber de qué hablamosIsabel sonríe: hablo de la espinita que esta creciendo ahí - señala mi corazón. Yo me quedo petrificada sin saber que decir. Y ella vuelve a hablar
- hay hombre y mujeres que no saber cómo ser buenas parejas pero hay otros que no están hechos para ser parejas.
-tia,... - se me quiebra la voz no sé que decir.
- no te estoy juzgando mi niña solo te advierto para que arranques esa espina antes de que sea imposible.
Y así como si no ha dicho nada se va a su habitación mientras yo sigo sentada en el sofá pensando. Ella lo sabe, sabe lo que provoca en mi el padre David.Después de un rato inicio mi labor en la cocina, hago la cena, la coloco en el comedor. Tía Isabel y yo ya estamos listas para cenar pero él no ha bajado. Cenamos de todos modos, después de acostar a Isabel noto que el aún no ha bajado a cenar por lo qué decido ir a su cuarto para corroborar que no le pase nada y esté bien.
Cuando voy a tocar la puerta noto que está media abierta, decido entrar sin tocar y al hacerlo no lo veo en la habitación, me acerco al baño y escucho el agua caer, la puerta también está abierta y como si mis pies fueran solos al darme cuenta estaba ahí en la puerta del baño viéndolo por el cristal transparente de la ducha 🚿. Él estaba sobando la esponja por su torso y yo estaba ignotisada viendo 🫣 ese cuerpo de Dios griego pero con virilidad de agradado por la naturaleza completamente desnudo
No sé qué tiempo dure ahí de pie mirándolo pero sí que lo vi quitarse el jabón del cuerpo poco a poco y como al notar mi presencia se volteaba ha mirarme y en ese instante salí corriendo.