¹•Segundas Visitas•

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Entre a la casa de Kat con la llave que ella había dejado en mi casa, al estar en la sala grite su nombre sospechando que ella estaba en la casa, pero no escucho ningún sonido además de mi voz y mis pies subiendo las escaleras para el segundo piso mientras la llamaba.

Rápidamente estoy en el pasillo dirigiéndome a su habitación, abro la puerta con facilidad y lo primero que note fue una sustancia roja en el suelo que se encontraba en abundancia, sin hablar del olor que me pegaba en la cara.

Entro más en el cuarto encontrando a mi amiga tirada en el suelo en un charco de lo que parece ser sangre con no solo sus muñecas cortada si no también una mancha grandísima en sus estómago y pecho asiendo que me mareé y sienta náuseas, con los ojos aguados bajé para llamar a la ambulancia, no pude volver a subir a ver a Kat, sentía como si mi pecho fuera a explotar y me eché a llorar.

No pasó mucho para que la ambulancia llegará y se la llevarán al hospital. No pude ir con ella... Yo... Solo no pude.

Volví a la habitación y sentí el olor de la sangre ahora más fuerte mientras que la policía revisaba la casa para ver si había pistas de lo que pasó, me pare en medio de la habitación admirando el lugar donde se había encontraba Kat, mi problema no es la sangre, si no los cuerpos.

Y sin darme cuenta me encontré manchada de el néctar rojo que había salido de Kat.

-¿Sólo eso pasó? - me pregunta el detective con voz serena.

-Mientras seguía en la habitación los padres de Kat llegaron, me preguntaron donde estaba su hija y les dije en que hospital se encontraba, baje secandome las lágrimas, esperanzada de que Kat estubiera bien.

-Bien señorita Diana se puede ir.

Salgo de la sala de interrogatorios para después salir de la comisaría e ir a mi casa, pensando que todo esto es mi culpa, sabía que la iban asesinar pero no pude hacer nada, Kat POR QUE NO ME ESCUCHASTE.

Esto confirma que el peligro en el que estoy metida es real...

Y muy pronto me va a atrapar.

(...)

Estoy en el trabajo ayudando a mi padre acomodando algunas cosas en una lluvia que hasta al más valiente asusta, estamos en época ciclónica, así que hay que ordenar y asegurar todo lo de la tienda para irnos antes de que las cosas se pongan peor.

-Papá terminé aquí - grito lo suficiente para que me escuche pero no hay respuesta.

Salgo del almacén, para cerrar la puerta detrás de mí y volver a llamarlo, pero nuevamente no hay respuesta. Me dirijo a donde se supone que estaba, el garage, pero no lo encuentro, me confundo y lo llamo repetidas veces, él es un bromista y aunque ya me acostumbré a sus bromas pesadas aún sigo preocupándome cuando hace eso.

Lo busco por toda la tienda llamándolo hasta que lo veo afuera de la tienda, en la lluvia, salgo llamándolo pero me ignora, aunque por la gran fuerza de la lluvia no me sorprendería que no me escuchará, voy a dónde el está y lo veo a los ojos.

Y me asusto.

En sus ojos que siempre hay alegría, diversión, calidez, ahora no hay nada, hasta cuándo tiene la cara más seria del mundo mi padre nunca deja su aura de luz... A menos.

Que este no sea mi padre.

Lo sacudo los hombros mientras le grito.

-¡Vamos hay que entrar en la tienda! - me ignora, lo único que hace es mirarme con esos ojos fríos con soledad que abrazaría cualquier fantasma, después recuerdo que eso me pasó ya hace muchos años, me dijeron que fue parte de mi imaginación, pero nunca les creí.

Temiendo que mi padre se haya ido para siempre intento arrastrarlo a la tienda pero comienzo a ver sombras de personas en la lluvia, y esas sombras se vuelven más humanas y caminan a donde estoy yo y mi padre.

De repente mi padre me toma de los brazos y me tira al suelo de la manera más violenta posible, me levanto rápido y corro hasta la tienda para después cerrarla con llave.

Mi corazón late a million al ver tantas personas afuera de la tienda intentando entrar y golpeando la puerta y ventanas donde mi padre también esta como loco.

Me maldigo a mi mismo en mi cabeza, sabía que esto iba a pasar pero solo por la presión de mi familia deje de lados las visiones y mi instinto, esto me pasa por idiota.

El ruido de un ventana rota se hace presente sacandome de mi mundo, soy rápido y tomo las llaves del auto de mi padre, mi chaqueta y una escopeta, salgo por atrás de la tienda sin nada de disimulo corriendo hacia el auto mientras agradezco que no hubiera personas a las cual encargarme. Entro al auto pero me maldigo a mí mismo cuando el auto no enciende, veo a más personas acercándose a mi y siento un mini infarto al ver que casi todo el pueblo está en frente mío.

La tormenta no ayuda al caer un rayo y hacer que de me salga algo de orina.

-Este es mi fin - digo con una voz rota - te vas a morir Diego, por idiota.

(...)

Me despierto en medio de la noche por un sonido afuera de mi casa, como es normal que hayan animales usgando en la basura lo ignoro para seguir durmiendo, pero al parecer el sonido que le da la gana de no dejarme dormir. Para no salir afuera espero tirada en mi cama que alguien se decida salir para espantar la cosa que este haciendo el sonido.

Pasa lo que parece un hora y el ruido sigue igualito, con frustración y enojo salgo de mi cama, me pongo una sudadera y bajo las escaleras para buscar una escoba para mandar a la verga esa cosa.

Salgo de la casa dejando la puerta bien abierta para que no se cierre y voy a donde se encuentran los botes de basura, mientras me acerco el ruido por fin para, de todos modos voy a donde se acontecía y me sorprendo al encontrás mis botes de basura limpios y en pie, me cuestiono que había hecho el ruido y pasa una extraño viento que me deja estática.

-ufff

Camino a medio de la calle intentando divisar algún vagabundo, perro o mapache que hubiera podido hacer el ruido.

Me encojo de hombros y me decido ir a mi casa pensando que mañana podría preguntarles a mis vecinos si vieron algo, cuando voy caminando me encuentro con que mi puerta está cerrada.

Tiro la escoba al suelo, me pongo las manos en la cabeza y las bajo y subo intentando no gritar, doy saltos en modo de reproche por lo que me acaba de pasar y quedó con mi cabello castaño claro en toda mi cara desordenado.

De repente escucho otra vez el ruido pero mucho más fuerte que antes y me exaltó no solo yo dando un salto, también mi corazón, cojo la escoba de mala gana arrastrando mis pies a donde está el ruido y me paralizo al ver una cosa como de 2 metros y medio, tocando con sus largas manos no los basureros, sino algo que parece ser un instrumento.

Esa cosa roja que ni ojos tiene sonríe mientras sigue tocando tranquilamente la cosa metálica, yo quedo viéndolo con un miedo que no permite que me mueva, una lágrima sale de mi ojo al recordar la última vez que me tope con una cosa así pero negra que asesinó a mi madre.

Parece que es mi turno, tengo la misma edad que tuvo mi madre al ser asesinada por esto, sin mencionar que hoy es su aniversario.

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¿Iniciamos fuerte, no?

Tal vez se dieron cuenta, pero yo les confirmo, tenemos más de un protagonista que se encargarán de narrar está historia.

Cada vez que a uno de ellos le toque hablar desde su perspectiva, no especificaré quien es, quiero que ustedes por su cuenta lo deduzcan, aunque, no se las voy a poner difícil.

¿Quieres saber que sigue? Pues continua la historia. Actualizaré todas las semanas.

Pero hoy haré un pequeño maratón.

Nos leemos.

Another UniverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora