En un pueblo solitario, una mujer corría con todas sus fuerzas hacia una casa abandonada, cuando entró a la estructura, cerró la puerta rápidamente y se apresuró a encontrar un escondite próximo. Tratando de calmar los agitados latidos de su corazón; inhala y exhala pausadamente.
Sin encontrar algo con que defenderse, se ocultó detrás de un librero desgastado al escuchar pasos y un silbido tranquilo.
Un chirido sonó cuando la puerta fue abierta, dando la bienvenida a un hombre con traje de mecánico, quién con tranquilidad camino hasta el medio del lugar.
-Creí que tenías mejores modales que tus amigos -surpiro-. Supongo que me he dejado llevar por tu apariencia de niña buena.
Con los nervios y el cuerpo tenso, la joven llevó sus manos a la boca para no dejar salir cualquier sonido que pudiera delatar su ubicación. El sujeto empezo a inspeccionar el lugar.
-Te escondes como una rata sin escapatoria, mas, debo reconocer tus esfuerzos y agallas por llegar hasta este punto -aplaudió con fuerza mientras soltaba un risa entre dientes.
El ruido estruendoso de objetos lanzados al piso, cerca de su escondite, la alertó.
-Tengo un hermano gemelo que es algo, especial, eres algo bonita y creo que es hora de que él interactue con mujeres; las figuras de cera no son acompañantes con quien puedas pasar el rato, si sabes de lo que hablo.
Asqueada por las insinuaciones del tipo en esa situación, el ardor en sus piernas por el sobre esfuerzo, la distrajo un poco, el tipo había dejado de hablar y eso, no era buena señal, sus pisadas dejaron de escucharse y el silencio gobernó. Quitando las manos de sus labios, busco al mecánico con la mirada, volteo a sus costados y al no encontrar rastro de este, miró a la puerta abierta de par en par y se preparo para correr.
-Te encontré.
El tipo había salido casi de la nada, todo fue demasiado rápido en este punto, él lanzó un puñetazo con la fuerza suficiente hacia la barbilla de la chica. Todo empezó a dar vueltas, su cuerpo no estaba reaccionando y antes de caer inconsciente al suelo, unos brazos y manos se aferraron a su cintura.
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Buenas buenas, espero les guste este primer capítulo, disculpe las faltas ortográficas que encuentren.
Gracias por leer y hasta el siguiente.
