-No es seguro- expreso con nerviosismo la enfermera-. Ella mide 1.65 y él 2.15, es peligroso
El doctor suspira, estresado, el asunto lo estaba cansando.
-Conozco la fisonomía del paciente, gracias por mencionarlo
La enfermera lo miró incrédula.
-Mire, lamento si fui grosero pero no puedo hacer nada, el director dio la orden de que ella fuera su doctora.
La mujer dejó de insistir. Pero se oponía a dejar que la platica terminará así.
-Sólo espero que estén preparados para lo que pueda ocurrir.
El hombre no respondió, sabía del peligro que corría la nueva doctora, tener a uno de los pacientes más peligrosos de la institución mental era preocupante, imaginar que quien se encargaria de él sería una persona no tan mayor como el Doctor Lommis, le hacía sudar frío a él y a todos.
-Laura, ¿Usted cree en Dios?
La pregunta desconcerto a la enfermera pero no pensó mucho para dar su respuesta.
-Sí
-Pues reze para que todo salga bien
Laura, la enfermera con más experiencia, miró a Damián, su superior, con una expresión digna de representación de terror.
-Que Dios tenga compasión
Dejaron de hablar cuando llegaron a su destino. La puerta fue abierta y en la habitación estaba una sola persona.
-Buenos días ¿es usted la Doctora Ruman?
Con una sonrisa, la mencionada asiente.
-Buenos días, es un gusto conocerlos, soy...
Fue interrumpida por el aviso de uno de los altavoces de la institución.
-Doctor Damián, se le solicita que venga a las bodegas, Doctor Damián, se le solicita que venga a las bodegas
El mencionado miro a la enfermera y a la nueva con pena, se disculpo y se retiro, dejando solas a las mujeres.
-Lamento la interrupción, últimamente estamos haciendo nuevos cambios
-no se preocupe, ¿usted me va a llevar al consultorio del Doctor Loomis?
Laura asintió. Empezando a caminar con dirección al consultorio, la nueva interna le siguió. En el camino la vista de la mujer captó a uno que otro nuevo compañero de trabajo; estos la miraban con algo de curiosidad bien disimulada, estaban mirando a la nueva encargada de nada mas ni nada menos que el paciente 2001. Dejaron de mirar después de unos segundos, no querían incomodar.
Llegaron después de 5 minutos, la enfermera golpeó suavemente a la puerta de la oficina, la persona del otro lado respondió un "pase".
Al abrir la puerta e ingresar, las mujeres vieron a un hombre mayor, estatura promedio y algo robusto, arreglando unos papeles. El hombre sonrió amablemente a sus nuevas invitadas.
-Pasen, por favor tomen asiento
Acatando lo que el doctor dijo, la enfermera y la doctora se sentaron en las sillas que estaban delante del escritorio.
-Buenos días, es un placer conocerla Doctora Ruman, soy el Doctor Samuel Loomis- saludo de mano a la mujer, quien le respondió, 5 segundos después se separaron-. Disculpe que no pude ir por usted, he estado algo atareado con los últimos detalles para mi jubilación
-No se preocupe doctor, lo bueno fue que la enfermera y otro superior fueron por mí
Loomis asintió y miró a la enfermera.
-Gracias Laura
Está sólo sonrió.
-Bueno, durante este tiempo que me queda la capacitare, espero que su estadía aquí sea agradable y si tiene alguna duda, digamela con toda confianza.
Ruman asintió, agradecida de la amabilidad de su mayor.
-Disculpe, tengo una pregunta
Loomis sonrió algo juguetón.
-Eso si que fue rápido, dígame su inquietud
El semblante de la doctora cambió a uno más serio, el hombre lo noto y también adoptó la misma postura.
-El paciente que estará a mi cuidado ¿cuando lo conoceré?
La enfermera se puso tensa, Loomis por su parte se sorprendió, no esperaba esa pregunta.
-Por lo que veo, es una mujer que le gusta ir al grano Señorita Ruman
-Me gustaría prepararme cuando nos presenten
Samuel, guardo silencio unos segundos que parecían eternos, inhalo algo de aire, expulsando lo de manera lenta antes de hablar.
-Lo que le voy a decir a continuación será poco profesional; es cierto que no se puede dejar de lado tu humanidad cuando trabajas, pues es imposible separar lo que nos hace tener juicio con lo que nos rodea. Véalo de esta manera, en cada toma de acción que hagamos, nuestros valores se asoman
Tomo una pausa antes de decir lo que realmente quería preguntarle.
-¿Usted cree que quien va a cuidar es un hombre?
La pregunta desconcertó a Ruman, miro por el rabillo del ojo a Laura, quien estaba con la cara algo pálida, ella estaba asustada.
-No sé por qué me hace esta pregunta pero no es la manera para referirse a un paciente; que es un ser humano, alguien que es como usted y yo
El hombre dejó sin palabras a Ruman cuando le contestó seriamente su comentario.
-Usted tendrá a su cuidado al caos convertido en hombre... Llamado con el nombre de Michael Myers
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Buenos días, tardes o noches, espero les guste esta parte y disculpen las faltas ortográficas que vean.