𝗜𝗡𝗡𝗢𝗖𝗘𝗡𝗧 ;; 𝘯𝘰𝘩𝘺𝘶𝘤𝘬

↬ 𝚎𝚒𝚐𝚑𝚝𝚎𝚎𝚗

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—Hey. —Tomó su cadera con una mano, deteniendo sus movimientos.

—¡Hyung! —Se quejó con un puchero, intentando empujar sus caderas hacia atrás.

—Hyuck, no. Tenemos que parar, si seguimos así no podré contenerme. —Deseaba tanto tomar a su pequeño en esos momentos y hacerlo suyo.

El pelinegro tembló bajo su cuerpo y se dio la vuelta lentamente, mirándolo a los ojos.

Lo besó suavemente y gimió entre sus labios.

—Duele. —Se quejó.

Jeno desabrochó sus jeans, tomando el miembro impropio con una mano y comenzó a moverla rápidamente.

Gimiendo, se sostuvo de los hombros del mayor, y lanzó su cabeza hacia atrás.

—Hyung, ¿no t-te duele? —Se relamió los labios, viendo como la erección de Jeno se marcaba en sus pantalones.

Mordió su labio inferior, claro que le dolía, pero prefería ignorarlo que hacer algo estúpido que lograra asustar a su menor.

Su respiración se entre corto cuando sintió las manos de Donghyuck desabrochar sus pantalones.

—Pequeño, no... —Suspiró de satisfacción cuando su miembro fue liberado.

El pelinegro se ruborizo ¿Qué iba a hacer realmente?

Jeno sonrió con sorna ante la timidez de Donghyuck, pudo apreciar su reacción de sorpresa y sin ningún remordimiento rodeó con su mano ambas erecciones, causando una deliciosa fricción.

Donghyuck gimió fuertemente, y movió sus caderas contra la mano de Jeno, retorciéndose ante la agradable sensación.

—Jeno, así, ohh ...

Mordió su labio fuertemente, escuchar los gemidos de Donghyuck era la gloria, al igual que sentirlo retorcerse de placer bajo su cuerpo, era exquisito.

Unieron sus labios, convirtiéndolo en un beso sucio, donde no existía la delicadeza. Ahogando los dulces gemidos que Donghyuck soltaba, ¿era posible que su erección se pusiera más dura? Comenzó a mover sus caderas contra Donghyuck, dando duras estocadas directo a su mano, y rozando fuertemente su pene contra el del menor.

Soltó un gemido ronco, extasiado, se sentía bien de ser el único y el primero en ver al menor de esa manera, solo por él, satisfecho sonrió entre el beso y le mordió el labio inferior. Y pensar que esto era solo el comienzo, si su pequeño se sentía así de bien con solo masturbarlo, no se imaginaba como se pondría cuando se lo cogiera. Un gruñido salió desde su garganta con tan solo imaginarlo, lo haría suyo tan duro que olvidaría su propio nombre, apretó la mandíbula y aceleró el ritmo de sus caderas, abrió más las piernas del menor, teniendo más acceso.

El pelinegro se retorció, arqueando su espalda, se sentía tan bien. Sintió el ya conocido calor acumularse en su abdomen, y gimió fuertemente debido a su liberación, Jeno llegó al orgasmo segundos después, jadeando. Enredó su mano en sus rosas hebras, moviendo con rudeza su cabeza hacia un lado, se acercó a su cuello, mordiendo y chupando a su gusto, causando que dulces quejidos salieran de los labios de Donghyuck, pues se encontraba algo sensible. 

—Hyung... —Susurró en un suspiro. Se abrazó a su cuerpo y escondió su cabeza en su pecho, cerrando sus ojos del cansancio.                        

—¿Quieres dormir? —Lo miró con ternura.

Donghyuck asintió, sin abrir los ojos.

Sintió como era limpiado con delicadeza y como la ropa se iba deslizando por su cuerpo, haciéndolo sentir un poco más cómodo. Minutos después Jeno se acostó a su lado y lo acercó a él, se abrazaron con dulzura, ambos satisfechos y felices.

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