↬ 𝚝𝚠𝚎𝚕𝚟𝚎

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—Lele, no estoy seguro. —Murmuró apenado viéndose en el espejo.

—Oh vamos, te ves precioso. —Le sonrió y peinó sus cabellos negros.

Le gustaba como se veía, pero ése no era su estilo. A él le gustaban los colores claros, mientras Chenle le había recomendado ropa completamente negra, además, esos pantalones eran muy ajustados, parecían segunda piel, ¿y de dónde había salido esa chaqueta de cuero negra?

—Pequeño... —Jeno abrió la puerta para avisarle que la cena ya estaba, no iba a dejarlo ir sin cenar, pero se quedó sin palabras al verle.

Donghyuck sintió sus mejillas arder, su hyung lo veía mucho, ¿se veía mal?

—Chenle ¿puedes darnos unos minutos? —Pregunto sin dejar de ver al pelinegro.

—Bien, no hagan mucho ruido. —Salió riendo.

Al ver que Jeno cerraba la puerta con seguro y se acercaba a él lo alteró.

—¿Hyung? ¿Qué haces? —Lo miró con sus ojos de cachorrito, pero eso solo logró enloquecer a Jeno.

Lo tomó entre sus brazos, besando sus labios salvajemente.

—Hyung, espera. —Gimió cuando lo atrajo de las caderas, pegando sus cuerpos.

Los labios de su hyung lo devoraban tan bien, sentía que en cualquier momento se iba a desfallecer. No les importaba la rudeza con la que se besaban, Jeno estaba desesperado y a Donghyuck le gustaba lo que su hyung hacía. Sus piernas temblaban, así que cruzó sus brazos detrás del cuello de su hyung para no caer.

El mayor comenzó a caminar hacia la cama, sin despegar sus labios, claro. Lo fue recostando suavemente en la cama, colocándose sobre él. Un escalofrío azotó el cuerpo del pequeño en cuanto la pierna del mayor se colocó entre las suyas, y comenzó a frotar su muslo contra su miembro.

—N-no, ¿qué...— Su voz se entrecorto

Se retorció y alzó las caderas, buscando más de esa deliciosa fricción.

Escondió su rostro en el hombro de Jeno, cerca de su oído, y comenzó a gemir bajito, haciendo que el mayor se estremeciera, le encantaba, amaba escucharlo así por él, quería más de esos dulces y bonitos gemidos.

Detuvo sus movimientos, escuchando al pequeño quejarse.

—Viene algo mejor, amor. —Le sonrió seductoramente.

Donghyuck mordió el labio al sentir su pantalón ser desabrochado. Su parte coherente quería alejar a su hyung de ahí, pero sabía que le iba a gustar lo que sea que le hiciera su hyung. Así que lo permitió, además su erección comenzaba a doler.

Jeno se arrodilló y le quitó sus pantalones por completo, no quería ensuciarlos.

—Jeno. —Gimió necesitado, arqueando su espalda. Suspiró cuando su miembro fue liberado, pero comenzó a sentirse apenado por la mirada de su hyung, por lo que trató de taparse.

—Oh, no amor. —Aparto sus manos y las puso sobre su cabeza. —No quiero que las muevas de ahí. —Advirtió, viéndolo seriamente.

El mayor regreso a su erección y mordiéndose el labio, la tomo con su mano, comenzando a moverla en un vaivén lento, lo cual enloqueció al pequeño, gimió retorciéndose con excitación. Después se tomaría el tiempo de avergonzarse, por ahora disfrutaría del momento.

De pronto sintió una calidez alrededor de su miembro, haciéndolo soltar un gemido muy alto. No tuvo tiempo de analizar la situación cuando la lengua del alto pasó por su glande

—Oh Dios, Jeno. —Gimió y apretó las sábanas con su mano.

El músculo húmedo de Jeno bajo por toda su extensión, rozando las venas que sobresalían. Levanto sus caderas, buscando más, pero las manos de Jeno las inmovilizaron, comenzando con un vaivén rápido, subiendo y bajando su cabeza, volviéndolo loco.

—S-si, Jeno... —Gimió cerrando los ojos fuertemente.

Sus dientes rozaron con el glande y después pasó su lengua por el orificio.

—Dios, Dios, Dios. —Donghyuck estaba por llegar.

Colocó su mano en la base del miembro para acariciarlo lentamente mientras su lengua seguía estimulando el pequeño orificio. Hasta que sintió la esencia del pequeño ser disparada, tragándola rápidamente.

—¡N-no! —Grito entrecortado, avergonzado por haber llegado en la boca de su hyung. Pero se sonrojo cuando lo vio lamerse los labios y sus dedos.

Tomó unas toallitas que se encontraban a lado de la cama y lo limpió. Donghyuck no quería levantarse, sus piernas temblaban y su respiración estaba entrecortada.

Sintió como su hyung lo vestía y cuando estuvo listo, se recostó a su lado y juntó nuevamente sus labios, para después bajar por su cuello, mordiendo y succionando, con la intención de dejar varias marcas.

Hyung~ — Gimió suavemente y Jeno sonrió.

—Amor, no puedes tener otra erección, se te hará tarde para la fiesta. —Lo miró con un puchero y se sentó a su lado.

—Falta una hora, hyung. —Suplicó sentándose, quería más. —Quiero besitos. —Hizo un puchero.

Jeno río y lo tomo de la mano, para que se sentara sobre sus piernas.

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𝗜𝗡𝗡𝗢𝗖𝗘𝗡𝗧 ;; 𝘯𝘰𝘩𝘺𝘶𝘤𝘬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora