↬ 𝚝𝚠𝚎𝚗𝚝𝚢 𝚏𝚘𝚞𝚛

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Empapó sus pequeños dedos de lubricante y temblando los dirigió a su entrada, pensando que quien lo hacía era Jeno.

Los adentró lentamente y gimió con desesperación, sus dedos eran muy pequeños, el quería los dedos de su hyung, o más bien otra cosa.

Se ruborizo ante su pensamiento y añadió otro, comenzando a mover lentamente sus caderas, buscando aquel placer que hace pocos días su mayor le había otorgado.

Mordió su labio y sin dudarlo ya tenía tres dedos en su interior, intentando moverlos con rudeza, queriendo imitar los movimientos que aquella vez el castaño había hecho. Se movía necesitado, buscando su liberación, la cual estaba lejos, así que dirigió rápidamente su mirada hacia los objetos que Chenle amablemente le había regalado. Tomó el vibrador, sacándolo de su empaque con rapidez, lo llenó de lubricante y sin pensarlo fue introduciéndolo en su entrada, gimiendo debido a que era más grande que sus dedos, se sentía más lleno, más satisfecho; tomó el control y lo puso directamente a velocidad media.

Grito de sorpresa, pronto la habitación comenzó a llenarse de gemidos obscenos y lloriqueos necesitados.

Se retorció sobre su cama y se sentó sobre el vibrador, sintiéndolo más a fondo, por lo cual comenzó a atacar directamente su próstata. Subió un poco más la velocidad y comenzó a tener espasmos debido a la excitación excesiva que estaba sintiendo.

—Oh Nono ...

Su cuerpo no podía más, agotado se colocó sobre sus 4 extremidades y arqueo la espalda. Tomó el vibrador y comenzó a moverlo, embistiéndose a si mismo.

—S-si, papi, po-por favor...

Sintió como la cama se hundía, unas manos tomaron su cuerpo, volteándolo, y su espalda chocando contra el colchón.

Un gritito de sorpresa escapó de sus labios, miró a su hyung mientras aún gemía, retorciéndose, pues el vibrador no dejaba de moverse en su interior

—¿Qué tenemos aquí? Uhm... —Analizó viendo a Donghyuck de pies a cabeza, tomó el vibrador y lo movió bruscamente, haciéndolo gritar. Buscó el control y de un momento a otro apagó la velocidad, no quería que se corriera, no aún, y las quejas del pelinegro no tardaron en escucharse. —¿Estabas divirtiéndote pensando en mi, cielo? —Sonrió sensualmente al ver como su pequeño asentía desesperado.

—Sí, sí hyung, te necesito, por favor. —Lo tomó del cuello, acercándolo a él.

—¿Ahora me llamas hyung? Yo te escuché llamarme de otra manera, quiero escucharlo de nuevo, de otra forma no voy a ceder.

Ahora avergonzado se mordió el labio y desvió la mirada. Pensando en una buena forma de hacerlo.

—Por favor...

Suplicó.

—Donghyuck. —Lo miró seriamente, ahuyentando sus instintos de tomar ya mismo a su pequeño.

—Por favor papi, te necesito... —Se aferró a sus brazos, tratando de convencerlo.

Apretó el botón de máxima velocidad, satisfecho observó como Donghyuck comenzaba a gritar y a gemir su nombre con desesperación.

¿De verdad su pequeño inocente estaba tan necesitado por él?

—N-no, de-detenlo... —Observó como varias lágrimas de placer se deslizaban por sus mejillas.

Se veía tan adorable, suplicando y llorando porque lo quería a él. Su paciencia había terminado, así que retiró con rapidez sus prendas mientras observaba a Donghyuck, quien no paraba de gemir. Al estar completamente desnudo Donghyuck llego al orgasmo con pequeños sollozos.

—To-tonto hyung, ¡ba-basta! —Alzó la voz desesperado, pues el vibrador seguía atacando su próstata, y Jeno no tenía intenciones de pararlo.

Dirigió sus manos hacia el vibrador, tratando de sacarlo de su interior, mientras lloraba, era demasiado para él, pero Jeno tomó sus manos, alejándolas rápidamente.

—No te toques. —Le ordenó.

Apretó las sábanas con sus manos, mientras se retorcía en la cama, siendo devorado por la mirada de Jeno, quien se acariciaba con la hermosa vista que Donghyuck le daba.

Su miembro volvió a estar erecto, y cuando estaba a punto de tener su segundo orgasmo sintió como el vibrador se detenía abruptamente.

Soltando un largo gemido se quedó acostado, intentando retomar fuerzas.

—Oh amor, prepárate, porque hoy será una larga noche.

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𝗜𝗡𝗡𝗢𝗖𝗘𝗡𝗧 ;; 𝘯𝘰𝘩𝘺𝘶𝘤𝘬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora