Capitulo 8 ☕️

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Julieta:
Había sido una semana bastante complicada, mucho trabajo y estrés, por suerte ya era sábado y tendría la tarde libre, no tenía planes, hace mucho no salía, tal vez le preguntaría a Cata si quería salir a tomar alguna cerveza por la noche o algo por el estilo, pero primero debería terminar mi turno de mañana.

-Buenas noches —dije molestando a Felipe que venía tarde—

-No sonó mi despertador y me quede dormido. —dijo rascándose el cuello—

-¿Qué hiciste para dormirte tanto?, tenías que venir a las ocho y son las diez y media de la mañana Feli —dije riendo —

-Shhh cállate— dijo haciéndose el molesto— es una larga historia.

-Pues cuéntame, tengo lo que queda de la mañana libre.

-Es Juana...

-Epa epa!! alguien tuvo una noche bastante agitada —dije molestándolo—

-Julieta hay clientes, no seas ordinaria, no es lo que crees... —dice mirando para todos lados observando si alguien me había escuchado—

-¿Ah no? ¿entonces qué pasó? —dije mientras movía mis cejas de arriba a abajo—

-Prométeme que no te vas a reír. —dice señalándome con el dedo—

-Depende que sea lo ir me cuentes.

-Julieta —dijo mirándome serio—

-Jajajaj, vale, cuéntame.

-Anoche cuando regresé de trabajar Juana llamó a mi teléfono, y me dijo que tenía que ir urgente a su casa, me preocupe bastante.

-Omg y qué más, ¿Está bien?

-Si si, pero el problema era que no podía salir de casa porque estaba mi mamá y ya era tarde, así que tuve que irme por la ventana.

- JAJAJA —dije riendo fuerte para luego taparme la boca, porque un señor me miró extraño— no me jodas Felipe!! —seguía tentada—¿ y qué pasó?

-Me caí —dijo mostrándome un moretón en su espalda—

-No te pases, ¿te encuentras bien? —dije soltando una carcajada—

Me miró serio, con cara de "¿es broma?"

-Que, ¿no estás bien? —dije un poco más seria.

-Era broma, si estoy bien.

Le di un golpe en el brazo. -No me asustes así idiota.

-Pero te vienes riendo desde que te empecé a contar.

-Es que eres divertido —dije intentando justificarme—

-Como digas ¿Te sigo contando?

-Vale... vale.

-Y bueno cuand...

-Cuando que —dije mirándolo—

El solo miraba detrás mío muy serio.
Me di vuelta lentamente y allí estaba mi madre de brazos cruzados, bastante ¿enojada?

-Upss —dije sonriendo como una niña que había hecho alguna travesura—

-Acaso vienen a platicar al trabajo, hay una mesa esperando ser atendida, ya apúrenle, luego hablan de su chismesito.

-Lo siento Vale — contestó Feli intentando no reírse—

-Ve a atender esa mesa antes que te descuente el sueldo Felipe— dice molestándolo, ella le tiene mucho cariño ya que somos mejores amigos desde pequeños, así que era un hijo más para mi mamá.

Amor por accidente - Juan Pablo Isaza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora