A little date

675 64 8
                                    

La felicidad de Viktor podía ser notada hasta por las personas que no lo conocían, tanto Chris cómo Yakov tenían curiosidad de por qué razón el ruso había estado tan contento la última semana, pero ninguno de los dos se animaba a cuestionarlo, tenía mucho que no lo veían así y tenían miedo de preguntar y arruinar su felicidad pero ambos ya habían empezado a especular de que se trataba pues antes a penas y usaba el teléfono y ahora no se alejaba de él ni por un momento a menos que tuviera trabajo, y no era para menos, el peliplata había estado hablando con Yuuri sin parar desde que tuvieron su cita, cada que hablaba con él más confirmaba el hecho de que era una persona increíble y sumamente dulce, su corazón palpitaba y su estómago se revolvía cada que recibía una notificación de mensaje del japones, ese pequeño joven lo podía hacer subir al cielo y bajarlo hasta el infierno en un mismo instante, a veces se sentía mal pues sentía que era muy poco el tiempo que le costó olvidar a Mila pero otra parte suya decía que pensar eso era una tontería, si ella lo pudo dejar plantado en el altar, él la podía olvidar en un mes, ya no tenía ninguna relación con ella y no la veía desde antes de la boda, él también tenía derecho a ser feliz otra vez.

Volvió a recibir una notificación del de ojos rasgados y espero un poco para abrir el mensaje, era una foto de los piececitos de Yuuri acompañada del texto "Esperando a que lleguen todos", Viktor sonrió y soltó una risita leve, ya le había comentado anteriormente que esa tarde tenía trabajo pero no sabía si Yuuri era muy puntual o los demás muy impuntuales, ya le había comentado varias anécdotas parecidas y no lo podía negar pues él mismo lo pudo observar de primera mano cuando trabajo con él.

Con una sonrisa en su rostro escribió algo para contestarle, mientras su rubio amigo no paraba de verlo, cuando notó que el otro terminó de enviar el mensaje se acercó a él.

-Viktor, ¿Te puedo hacer una pregunta?- Su curiosidad ya había llegado al límite, estuvo poco más de una semana queriendo preguntarle con quien salió al restaurante que le recomendó y por qué había estado tan contento esos últimos días.

-Adelante- Lo dijo mirándolo de manera tan tranquila que asustó a Chris, su amigo no era así de relajado, se hubiera negado mil veces y él tendría que haberle insistido las mismas antes de que le dijese que si.

-Veras, últimamente te he notado más feliz de lo normal y quería saber ¿Por qué?, No te lo tomes a mal, estoy feliz por ti y es bueno que vuelvas a sonreír y no solo estés con esa cara de amargado pero eres mi amigo y me importa todo lo que te pasa, aún así si no me quieres decir no importa- Agrego al final el rubio porque aún que Viktor parecía relajado se podía tomar a mal su pregunta si parecía demasiado entrometido.

-¡Ay Chris! no tienes idea de lo increíble que han sido los últimos días, siento como si estuviera soñando- La voz de ensueño y emoción que ponía el ruso junto con su sonrisa tonta asustaba de sobremanera al rubio, la ultima vez que lo había visto así fue cuando le propuso matrimonio a Mila, y ni ahí se veía tan ridículamente enamorado como en ese momento.

-Viktor, de verdad me das miedo, ¿Podrías solo decirme que es lo que ocurre?- El miedo en su voz se notaba, se sentía incomodo de no tener a su amigo haciendo bromas con él o insultándolo a modo de broma como solían hacer los dos. El celular de Viktor sonó ante el mensaje que acababa de recibir, Chris miro la pantalla de este y pudo leer en el nombre del remitente, el nombre "Yuuri" acompañado de un corazón que alerto y altero al rubio haciendo que abriera los ojos de sobremanera intercalando su mirada entre la pantalla del teléfono y la cara de su amigo de manera dramática, había confirmado lo que sospechaba.

-Nooooooo, Viktor, ¡¿Te enamoraste?!

-Bueno, así como enamorar, aun no, a penas y tiene un mes que lo conozco, pero definitivamente me gusta, es tan lindo, amable, tierno, el solo escuchar su voz me hace sentir que estoy volando, el estar a su lado me hace sentir tanta paz, si él me mira toda mi tristeza se va porque sus ojos brillan como el sol, nunca creí que podría olvidar a Mila tan fácil, pero con él a mi lado ya ni siquiera recuerdo la existencia de ella.

Un Omega EmbarazadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora