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"Me pertenece"

El resto de la semana fue lo suficientemente normal como para no mencionarla, Mark no molestó a Jeno y éste se concentró en la escuela; por otro lado, Jaemin decidió escabullirse en casa de Jeno para buscar por él mismo ese tonto libro. No lo entendía, ¿que tiene de especial un cuento de hadas? Bueno, además de ser como una enciclopedia para él, pues allí dentro debería estar escrito algo sobre su mundo. Su misión era bastante fácil y confusa a la vez, solo debía buscar ese libro y por fin se graduaría.

A estas alturas ya tendría que haberlo encontrado, pero no había rastro de él por ningún lado, bien, tendría que preguntarle al chico donde es que lo había metido.

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Ya era viernes por la tarde cuando Jeno regresó a casa, iba a esperar a que Haechan saliera de sus clases pero éste le avisó que llegaría tarde a casa. Se le hizo extraño pero no quiso preguntar, por algún motivo ya sabía de lo que se trataba, al menos por parte. Cuando llegó por fin a su casa, saludó a su tía amablemente como hacía todos los días y se dirigió directo a su habitación, buscó un pantalón más cómodo y se quitó la ropa que traía puesta. Se cambió, quedando únicamente con esos pantalones viejos de dormir, y se echó en la cama dispuesto a relajarse durante todo el fin de semana. Estaba claro que no tenía planes de salir, nunca lo hacía.

Jaemin no sabía como reaccionar ante lo que sus ojos veían, pues Jeno no se había dado cuenta de que no estaba solo en aquella habitación. Jaemin intentó con todas sus fuerzas salir de allí siendo lo más discreto posible, pero terminó tropezando con la mochila que Jeno dejó a mitad del paso. Un solo estruendo resonó en el cuarto, haciendo que el chico medio dormido saltara de la cama por el susto.

—¿Que fue eso?

Nadie contestó.

—¿Tía, eres tú?

Caminó hacia la puerta y la abrió, solo para darse cuenta de que su tía no estaba allí. Se asomó a la cocina y vio como su tía seguía cocinando con los auriculares puestos. Pensó entonces que solo había imaginado aquel ruido, y volvió a acostarse. Sin embargo, el sueño ya se le había quitado, y buscó algo con lo que pudiera entretenerse. Sabía que no podía estar sin hacer nada, o sus pensamientos volverían a invadirlo.

Odiaba a su mente, siempre encontraba alguna oportunidad para hacerle daño, y detestaba que lo hiciera. Algo dentro suyo se removió, y tuvo el impulso de ir a enfrentar a esos pensamientos, pero simplemente no pudo. No estaba listo, y tenía la excusa de que aún no era tiempo. A veces sentía unas ganas inmensas de vivir dentro de algún cuento, porque allí todos son felices la mayor parte del tiempo. Al final, de tanto pensar en qué hacer, no hizo nada. Se quedó acostado en su cama mirando el techo, deseando tener algo de compañía y al mismo tiempo, añorando su soledad.

Jaemin sabe bien que es lo que ocurre con Jeno, conoce su historia, y aunque le cueste entender por qué, siente que ya lo conoce, le recuerda a un pequeño amigo que tenía de pequeño. Entendía que los pensamientos ajenos eran lo suficientemente crueles como para tenerlo pensando durante años, pero también entendía que ese no era su problema, y debía terminar con la misión lo antes posible, así que se armó de valor y se sentó en la cama, al lado del chico distraído.

—Hola...

Dijo en voz baja, esperando a que reaccionara. No pasó, así que volvió a saludarlo en un tono más alto.

—¿Y tú que haces aquí?

Jeno por fin dirigió sus ojos hacia él, con evidente sorpresa y tal vez, hasta un poco de enojo.

—Es que necesito algo que tienes, sé que suena tonto y que apenas nos conocemos, pero te pido que me des el libro...

Habló demasiado rápido, y el contrario no pudo entenderle, principalmente porque no sabía de qué libro hablaba.

—No sé de qué libro hablas, yo solo tengo los de la escuela, pero si quieres puedes preguntarle a mi tía si tiene algo...

Dijo con desinterés, pues debía admitir que estaba enojado con Jaemin. Le había hecho pasar vergüenza con Haechan y ahora su primo cree que ve fantasmas.

—es que ese es el punto, no puedo dejar que nadie me vea, digamos que tienes en tu casa a un ilegal, bien?

Claramente optó por mentirle, porque de seguro no le creería si le dijera que era una especie de hada en proceso.

—Te denunciaría a la policía pero no quiero tener problemas, así que no lo haré. Y con respecto a ese libro que quieres, puedo ayudarte a encontrarlo si me dices específicamente cual es... te lo debo por salvarme el otro día.

Jeno, por más tímido que fuera, era también un experto negociador. No sabe con exactitud cuando se hizo tan bueno, la cuestión es, que eso beneficiaría a ambos.

—El libro se llama "Él es un cuento de hadas", no recuerdo el nombre del autor. La cosa es, querido, que sólo existe una copia original en todo el mundo y yo lo necesito urgente

Explicó Jaemin de forma breve, el humano no debía saber demasiado.

—En ese caso, no puedo ayudarte, lo siento mucho. Ahora vete por favor.

Los ojos de Jeno no solo se cristalizaron, sino que su voz salió casi rota. Sabía de qué libro estaba hablando y por supuesto que lo tenía, claramente no sabía que era la única copia, pero aún así, no podía darle ese libro, era demasiado especial para él y no se lo daría ni aunque le pagasen millones de dólares.

—Prometiste ayudarme...

Reprocha el otro, que estaba a punto de explotar de la rabia. Estaba tan cerca de conseguir lo que buscaba, y de pronto todo se derrumbó.

—¡Dije que te vayas!

Ese grito fue el detonante, ambos explotaron. Uno en rabia y el otro en desesperación.
Jaemin salió de la casa por la ventana de la habitación, conseguiría ese maldito libro a toda costa, sin importar las consecuencias. De todos modos, Jeno sólo era un mediador.
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Ufff se puso tensa la cosa...

He's a Fairytale | NOMIN -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora