-No puedo creerlo Violetta, es por esto que tome la decisión de mandarte a un internado en Londres- sentenció Franco Colucci
-¡NO! No puedes mandar a mi hermana lejos papi- dijo llorando una Mia pequeña
-Calmate Mia, no es la gran cosa- contestó V...
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–Pero que chulo te ves
–Y tu hermosa como siempre– Pablo le ofreció su brazo
–No soy tan tonta para caerme– rodó los ojos
–Solo quiero ser caballeroso
–¿Tú?
–Vamos Vilu que contigo sacó a relucir todas mis clases de modales– con los brazos entrelazados caminaron hasta una camioneta negra
–¿Manejaras?
–No, lo harás tu– Violetta lo volteo a ver con duda –Adoras manejar a toda velocidad así que hazlo, vamos al restaurante con juegos, asegurate que lleguemos con vida
–Es la camioneta de tu padre
–Me la prestó– la rubia levantó las cejas haciendo saber que no le creía –Él te ama, le dije que te llevaría a comer y aceptó que la tomara por hoy
–Bien– ambos subieron y antes de arrancar Violetta lo volteo a ver
–¿Qué pasa?– no recibió respuesta, solo de un momento a otro ya tenía a su mejor amiga sobre él –¿Vilu?
–Gracias
–Solo es una comida– rio Pablo
–No, no lo es, nunca lo es. Siempre me llevas a mis lugares favoritos, nunca me dejas pagar, me escuchas, sabes lo que me gusta y no... por tu culpa me quedaré soltera– se separó
–¿Mi culpa?
–Me tratas como una puta diosa y ahora mis estándares son tan altos que dudo encontrar a alguien como tu... la otra vez sali con Marco y me hizo pagar todo y me llevo un lugar del asco
–No busques– susurro en un tono medio alto
–¿Qué?
–No necesitas buscar cuando lo tienes enfrente... o bueno a un lado– Pablo dijo con todo el valor y nervios que poseía
–¿De qué hablas?
–¡Joder!– Pablo tapó su rostro con las manos tratando de no descontrolarse
–¿Pablo?– Vilu tomó su hombro –Ojos lindos... me estas preocupando
