5 años atras/ 2 meses antes del accidente / Convento Santa Feight
Claret
-¡Smith!
Escucho el grito de molestia, esa al parecer era la monja nueva del convento. No reconocía muy bien su voz, pero las pocas veces que la había escuchado no era para decir cosas buenas, a diferencias de las demás monjas, que eran amables.
Unos segundos despues de oírla, esta entró a la cocina donde me encontraba haciendo limpieza. Mantuve la cabeza gacha esperando que no me reconociera, pero para mi desgracia lo hizo.
"Oh, no".
-¡Niña!
Deje de fregar el piso y me levante con el debido respeto y como me lo exigían allí.
-¿Si, señorita?
-Tú amigo... ¿dónde está?- la molestia no desaparecía de su tono.
- Debe de estar en los sembradíos hoy le toc-
-¡Mentira!- espetó furiosa- acabo de pasar por allí y no hay rastros de él. Ese chico es un rebelde sin causa ¿Donde se mete todo el día? ¿Cómo la madre superiora permite tal falta de respeto?
Como si lo hubiesen invocado el pelinegro apareció por la puerta que daba hacia el patio, con su respectivo aire inexpresivo.
-¡Allí estás! Muchacho insolente, ¡¿donde te habías metido?!
Adam solamente paso de largo e ignoró el comentario de la anciana, no era de respetar autoridades y eso todos lo sabían.
La monja frustrada por su actitud no dudó ni un segundo en pagarlas conmigo. Según ella alguien tenia que ser reprendido y pagar el precio.
Ese día en la noche cuando Adam se escabulló a mi cama, como de costumbre, metió la mano por dentro de mi pantalón (sin ninguna mala intencion) y sintió los rasguños que tenía gracias a las nalgadas que me habia proporcionado la monja nueva. No dijo nada al respecto, pero si sentí que algo en él se sentía más turbio de lo usual.
Lo único que recuerdo con exactitud de los días siguientes es que no volví a ver más a la anciana; Qué el resto de las monjas estaban muy amables conmigo y...
Que esa semana la carne estaba algo ácida.
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Narrador.
El reloj de pared anunciaba los 15 minutos que le quedaban a la clase. En el último de los asientos Claret veía con preocupación como pasaban los segundos. Su pie izquierdo se movía con desespero y el sudor frío recorría su espalda.
Dentro de 15 minutos tendría que irse con Adam. Ese cuarto de hora que le quedaba era el ultimo respiro de libertad que tendría hasta nuevo aviso.
O el último.
La castaña hiperventilo al pensar eso, no se sentía muy bien desde que habia despertado, no, empezó a decaer luego de la visita de Adam.
"Es igual a aquella vez".
Como cuando empezó el año escolar y todos hablaban del mono chico nuevo que iba a cursar último año con ellos. Adam Smith había entrado en su instituto para joderle la vida, lo logró al instante en que lo vió ese primer día, porque apenas lo reconoció calló producto de un ataque.
Todos inmediatamente se dieron cuenta de que el pelinegro fue el causante de sus convulsiones. Las burlas y teorías no se hicieron esperar cuando regreso a clases. Luego de eso procuro la más que pudo no cruzarse en su camino, para no tener ningún percance. Y así fué, no lo había visto en lo que iba de curso, pero esta vez era él el que la buscaba y no había forma de evadir una orden directa.
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Odio Rojo.
Teen FictionTodos tenemos en la vida un momento de gloria y uno de fracaso. Claret creyó ya haber pasado por el suyo cuando lo único que podía llamar familia, la drogó y la dió como trueque a un grupo de marginados. Fracasó cuando calló víctima de las drogas Tr...