𝙻𝚘𝚟𝚎 𝚢𝚘𝚞 𝙻𝚒𝚔𝚎 𝚖𝚎

𝙻𝚘𝚟𝚎 𝙰𝚐𝚊𝚒𝚗

Jaemin

Bueno, ya no se que decir, Jeno me perdonó, estoy feliz, ¿Está bien, estar bien verdad?, Los dos nos amamos mutuamente, estamos felices.
Prometí ser una mejor persona para él, no quiero defraudarlo nuevamente y que piense que solo lo estoy usando como a una servilleta.

Al día siguiente decidimos salir a dar un paseo y a comprar algo de ropa para el invierno que se aproximaba. No es fácil volver a recuperar la confianza, y se sabe, hice daño y será difícil que Jeno vuelva a confiar en mí, pero intentaré dar lo mejor de mí.

–¿Vas a comprar este? – dijo pasandome el abrigo por encima de la puerta del vestidor.

–No me gusta el color y me hará ver gordo – contesté.

–No te hará ver gordo, te hará ver hermoso, Nana, prueba ponértelo –

Tomé el abrigo y lo combiné con un buzo blanco, se veía lindo. Salí del vestidor y me paré frente a Jeno.

–Te ves bien – sonrió.

–Tenias razón, es mi tipo – sonreí al verme al espejo.

–¿Lo comprarás? –

–Obviamente –

Entré nuevamente al vestidor a ponerme mi ropa. Compramos más o menos unas cinco bolsas, Jeno se ofreció a cargarlas pero le dije que no, él pagó, yo las cargo.

Dejamos las bolsas en el departamento de Jeno y fuimos a comprar un café, estaba empezando a hacer frío.

–Hace mucho frío, vamos a casa – hice un puchero.

–¿No quieres el café? – preguntó Jeno.

–Mejor luego, además– susurre me estoy haciendo pis – di saltitos y Jeno solo rió y asintió.

Ambos caminábamos hacia el departamento, empezó a nevar, voltee hacia Jeno, sonreí al ver cómo los copitos de nieve quedaban atorados en el cabello de azul de Jeno.

–Hermoso – sonreí.

–¿Eh? – dijo Jeno.

–Nada – reí y seguimos caminando. Sin querer choqué mi hombro con el de alguien más, me voltee para pedir disculpas –Perdón –

–No te preocupes – sonrió.

–¿Yuta? – ladee mi cabeza.

–¿Jaemin? No puede ser, tanto tiempo – sonrió y me abrazó.

–¿Cómo has estado? – correspondí su abrazo –¿Cómo está todo? – me separé.

–No me quejo, fue cansado pero aquí estoy de vuelta – sonrió.

–Te extrañé tanto – hice un puchero –¿Cómo te fue en Japón? –

–Bien, al fin pude visitar a mi familia luego de mucho tiempo – dirigió su mirada hacia Jeno–¿Y él? –

–Ooh, él es Jeno – dije.

–Un placer, Jeno – dijo Yuta.

–El placer es mío, ¿Cómo conociste a mi mejor amigo? –

–Antes de hablar, deberíamos ir al departamento, empezará a nevar más fuerte – dije y ambos asintieron.

Conocí a Yuta en primaria más o menos, venía de intercambio y le costó un poco adaptarse, sobre todo al idioma, yo le ayudé en eso aunque fuera unos años mayor que yo, nos hicimos amigos rápido, encajamos en todo, como si fuéramos mejores amigos de toda la vida, hasta que un día, tuvo que irse nuevamente a Japón, me puse triste ante la noticia, sabía que no lo volvería a ver hasta dentro de unos meses o años, hasta ahora.