11. [Marc Spector/Steven Grant/Jake Lockley | Moon Knight]

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━━ ❛Tres no son multitud❜ ━━

Advertencias: la neta nunca podré alertas aquí hasta que por fin escriba smut XD. Un poco diferente a lo que había estado escribiendo.
Algunas partes medio calientonas, pero no demasiado. Protagonista que se besó con las tres personalidades 🤤 en éste shot Steven no sabe de sus personalidades, pero Jake y Marc sí (y conviven entre ellos)

Personaje: Tú, literalmente. (Siendo ____ Spector si señor)

Conteo de palabras: al rededor de 4700.

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❛Donde no puedes evitar
tener cierta debilidad por
los "otros yo" de tu esposo
Marc Spector❜













Eran exactamente las 5:30 pm cuando lo viste entrar por la puerta de la cafetería.

Steven empujó suavemente su cuerpo a través de la entrada, dudoso y tan tímido como de costumbre. Buscó tu figura alrededor de todos y cada uno de los comensales que yacían sentados, esparcidos en las numerosas mesas que habían en el local.

Sonreiste para tí misma al verlo, era muy puntual.

Todos y cada uno de los días (desde hacía unos meses atrás) habías estado observando su meticulosa y estrictamente calculada rutina. Sabías que trabajaba en el museo del antiguo Egipto, también sabías que su turno terminaba a las ocho de la noche, y que su hora de comida era a las 5:30.

Nunca faltaba. No habías pasado un solo día sin verlo entrar por la puerta.

Era un hombre simple.

Llegaba en su descanso, se sentaba en una mesa, ordenaba un capuchino de vainilla y un croissant de nuez, tardaba media hora comiendo mientras te observaba de vez en cuando, creyendo que no era muy evidente, pedía la cuenta, y dejaba siempre una buena propina en tu nombre, aunque la mayoría de las veces no le hayas atendido tú.
Luego, volvía a las ocho con diez por la noche,y ordenaba un nuevo capuchino para llevar. Ahí si nunca fallaba, eras la única empleada que quedaba en el lugar además de la cocinera, por lo que siempre entablaban una pequeña conversación.

Sabías muchas más cosas sobre él, que lo que él sabía de tí. Pero no todo era por observarlo. Tenías un pequeño secreto.

Ése día en específico, que parecía un lunes cualquiera, lo habías visto en la hora del almuerzo como de costumbre, ordenó lo mismo, y se retiró sin decirte una sola palabra, como siempre.
Pero el atardecer llegó, los clientes se volvieron menos frecuentes y el local estaba vacío. Al llegar las ocho con diez, sentiste que algo andaba mal, pero no querías ser paranoica.

Llegó la hora del cierre, exactamente a las ocho y treinta, y de él ni sus luces se veían. Ése día le tocaba a la cocinera cerrar el establecimiento, por lo que saliste sin problema alguno. Caminando por la calle, no pudiste evitar seguir la ruta que, suponías, él seguía camino a casa. Sí, también sabías dónde vivía.

Agudizaste los oídos y afinaste tu vista, por alguna razón tenías esa esperanza de que lo toparas en el camino, pero lo que viste a continuación, no era precisamente lo que hubieras deseado.

Pasando al lado de un callejón, famoso por ser oscuro y deshabitado, escuchaste unos gritos. Bajaste la velocidad de tus pasos y se escondiste detrás de la pared del edificio de al lado, pero te quedaste en silencio para escuchar lo que pasaba.

MARVEL SERIES: ONE-SHOTS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora