You're tempting me.

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"¿Entonces hoy no irás a casa de tu amigo Niall?" Anne había pasado a recoger a Harry a la escuela. Ya tenía una semana que no iba a casa de Niall, todo después de haber descubierto la travesura de Zayn y Liam. Tampoco había querido contarle a Niall, a pesar de que era muy insistente al preguntarle por qué ya no lo visitaba. No iba a decirle que sus amigos de toda la vida habían fotografiado o al menos intentado fotografiar sus partes íntimas, no.

"No mami." Miraba por la ventana del automóvil con cierto dejo de tristeza y aburrimiento.

Anne hizo una mueca de preocupación que Harry no pudo ver. Temía que después de tanto tiempo, estuviera pasando de nuevo aquello del acoso con Harry.
"Harry, sabes que puedes decirme cualquier cosa. Siempre voy a creerte."

"¿Entonces me creerías si te digo que soy Wendy de Peter Pan?" Bromeó.

"Bueno, eso sería muy extraño. Pero si tú lo dices, entonces te creo." Asintió con una expresión de en verdad creerle. Harry sonrió y soltó el aire como en una risa silenciosa. Adoraba a su madre, pero no quería que ella se preocupara por él. Ella ya tenía suficientes problemas de por sí. Además, no era nada grave. Seguramente en unos días se pasaba y solo quedaba en un tonto recuerdo.

"No es nada. Solo tengo mucha tarea y si voy a casa de Niall, creo que no la terminaré." Mintió. Pero al parecer su madre se quedó tranquila y eso bastó.

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Harry terminó sus tareas y se dió una ducha.

Se miró en el espejo más grande de su habitación y dejó caer la toalla de su cintura.
Se observó con detenimiento, tomándose su tiempo para concluir en una sola cosa.
Su cuerpo era distinto al de sus amigos, o al de cualquier otro chico. Él no tenía músculos como Liam, ni tampoco se marcaban sus venas como las de Zayn, ni siquiera tenía vello como Niall.
Él tenía las caderas levemente redondeadas. Los muslos y glúteos llenos, y su pecho era lampiño y delicado, al igual que sus delgados brazos. No sabía cómo sentirse al respecto.

Después de vestirse, se tumbó en la cama a seguir pensando. Comenzaba a pensar y sentir cosas que le daban vergüenza pero eran inevitables.
Quizás la adolescencia nunca le pegó tan fuerte por estar encerrado en una torre como Rapunzel, pero ahí estaba ahora, pensando en cierto hombre castaño de ojos azules.
Se preguntaba si él lo veía de la misma forma que los demás chicos. Pues pensándolo bien, no le molestaría si lo hiciera. De hecho, pensándolo bien, le encantaría que Louis sintiera una atracción por él.
Y es que no podía sacarse de la cabeza la voz de Louis llamándolo"cariño", o cada gesto, cada roce.. Estaba pensando demasiado en ese hombre.
Abrazó a su oso de peluche gigante y de pronto gimió sin darse cuenta. Se apenó tanto y se culpó por la erección que se había provocado.
Harry tenía erecciones, sí, pero nunca voluntarias.

Intentó tocarse, pero se sentía muy sucio haciendo eso, así que finalmente se durmió, olvidando su asunto.

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"¿En serio quieres que yo vaya?" Preguntó tímidamente Harry.

"Me encantaría, pero solo si tú quieres... Porque, bueno... No sé si te sientas bien saliendo conmigo o con nosotros más bien." Niall rascó su nuca. "No me has dicho por qué ya no quieres visitarme o salir a comprar videojuegos y..."

"No no... Niall... No quiero que pienses mal... Solo había estado algo ocupado en casa... Pero, creo que puedo hacer un espacio para después de clases, sólo si tú quieres que vaya."

"¡Será fantástico!" Saltó de emoción. " Nosotros vamos a la playa seguido... Nos gusta jugar Volley, nadar, ver a las chicas en traje de baño... Y esas cosas." Rió igual que Harry. "Pero tú no tienes que hacer lo mismo que nosotros si no quieres. Sólo me gustaría que nos hicieras compañía."