Capitulo 15

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No se podía mover, ese era el problema, no encontraba la forma correcta de levantarse sin que le doliera la espalda baja y por ende todo el cuerpo, tenia dolor desde ya hace dos días que fue exactamente cuando tuvo su primera vez con Hueningkai, había tenido que decir que había tropezado en la calle y por ende se cayó al suelo, haciendo que se lastimara, pero después de dos días el dolor no disminuía del todo, o más bien nada, así que no tenía mucho por hacer, ya que se sentía adolorido y no podía casi moverse.

Había estado comunicándose con Hueningkai por teléfono sin decirle sobre el constante dolor que tenía, en esos días no habían salido, pero quería hacerlo, quería estar con el y abrazarlo, pero no podía ni moverse sin sentir que la cadera se le caía, no había salido mucho de su habitación pero había hablado con su hermana y con la mujer que se encargaba de limpiar su cuarto, pero nada más, ninguna sabía nada y planeaba no hacer que se enteraran.

Él estaba bien con su relación con Hueningkai aunque aún no eran nada formal, pero su hermana no estaba contenta del todo, ella sabía que tenía que hablar con Hueningkai y de una manera u otra conseguiría hablar con él, porque quería el bien de su hermano, así que tuvo que contactar a muchas de las chicas que conocían a Hueningkai por ser una de las tantas putas que conseguía por noche.

—¿Yeoreum? Hace tiempo que no hablábamos, necesito un pequeño favor. —Comentó la pelinegra por el teléfono. —Necesito la dirección de Kai Kamal Huening, no sé si logres dármela, espero verlo en su oficina.

Y así después de un rato la chica se alistó para salir, sabía dónde tenía que verlo, así que se encaminó hasta el lugar en su auto y entró al lugar que le habían indicado, no era muy grande, pero tampoco muy pequeño, así que se encontró con la mujer que suponía era la secretaria del chico y se acercó a ella.

—Buenas tardes. —Dijo mirando su pequeño reloj. —Estoy buscando a Kai Kamal Huening, no tengo cita pero, se que si me ve, le recordaré a alguien.

La chica frente a ella asintió y fue hasta la oficina pequeña de Hueningkai quien se encontraba mirando por el ventanal que tenía enfrente, la chica entró y se paró frente al escritorio.

—No sabía que habías invitado a una de tus putas. —Dijo la mujer dentro de la habitación, recargándose en el escritorio mientras lo miraba.

—No se de que demonios me hablas. —La miró como si estuviera loca o algo así y volvió su vista al ventanal. —¿Quién es?

—No lo sé, dijo que si la veías podrías recordar a alguien, así que ve a ver por ti mismo. —La chica abrió la puerta y observó al hombre ponerse de pie, mientras caminaba a la puerta.

Observó a la mujer parada quitándose las gafas y mirando su reloj, inmediatamente la imagen de Soobin se le vino a la cabeza y no tardó en dar una breve y firme respuesta.

—Dile que pase.

Race {KaiBin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora