Gris

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Nos pasamos toda la tarde revolcándonos en el barro, él disfrutando de aquel infantil y sin sentido juego, y yo desfrutando al verle a él de esa forma, tan despreocupado y sonriente como tiempo atrás.



-Va a llover. -anunció al poco rato, lo que me extraño bastante, pues el cielo estaba perfectamente despejado, así que decidí no darle importancia y limitarme a asentir.



Pero llovió.



En menos de un segundo unas nubes grisáceas aparecieron sobre nosotros, encapotando el paisaje y borrando la sonrisa de mi rostro nada más comenzaron a caer las primeras gotas. Miré a Taehyun con preocupación, pero a diferencia mía, a él no parecía importarle en absoluto que nos cayera la tormenta del año, seguía arrastrándose por el campo sin dejar de reír.



-¿Gyunnie? -se giró al ver que yo me había detenido.



-Está lloviendo. -le informé, levantando la palma para mostrar cómo repiqueteaban las gotas sobre ellas, como si fuera la prueba más concluyente para hacerle percatar del tiempo.



-Ya lo sé, te dije que iba a llover.



-¿Hablaste con las nubes o que? -bromeé.



-Claro que no, que tonterías dices. -respondió entre risas, como si yo hubiera dicho un disparate, como si no se pasará la mayor parte del tiempo hablando con animales u objetos. -Están demasiado lejos, no podrían escucharme.



-Tiene sentido. -dije con sinceridad, porque realmente lo tenía.



-¿Quieres que vayamos a mi casa?



-¿Está cerca? -señaló la enorme casona que se alzaba tras el campo de girasoles, esa que siempre había llamado mi atención. -¿Esa es tu casa? -asintió con indiferencia, poniéndose en pie y sacudiendo el rastro de barro de su ropa, el cual estaba empezando a encharcarse y extenderse por toda la tela debido a la lluvia. -¿Todos estos girasoles son tuyos?



-Los plantó mi abuela y yo le ayudé.



-¿TODOS? -asintió de nuevo, sin darle importancia, y es que quizás para él no la tenía.



-¿Vamos? -está vez fui yo quien asentí, aunque más débilmente, aún impactado por todo el trabajo que mi amigo cargaba en su espalda. Agarró mi mano y me puso en pie. -Podemos ver una peli en mi cuarto.



-Mientras no sea de terror.



-¿Te gustan las de superhéroes?



-Mientras no sea de terror, pon la que quieras. -repetí, haciendo notar lo poco que me gustaba ese tétrico género.



Continuamos caminando, esta vez atravesando todo el campo por en medio, dirigiéndonos directos a la casa que se alzaba tras el. Era enorme, con varias casetas a un lado y un establo en el otro, de hecho daba más la apariencia de una granja que de una casa, y quizás así era.



Terminamos corriendo, salpicando en la encharcada tierra con nuestros zapatos, calándonos hasta arriba de barro y manchándonos enteros, pero al menos a mí poco me importaba, y en su caso, no parecía ser diferente. Cuando llegamos pensé que iríamos directamente a su habitación, pero Taehyun me guio hasta lo que parecía ser la cocina, todo muy rural y antiguo, destacando la desgastada madera y el mármol entre los materiales. En ella había una mujer, bastante mayor, de pelo blanco y fuerte, es decir, no parecía una culturista, pero por la forma en la que levantaba una cesta llena de fresas casi tan grande como ella, podía asegurar que precisamente débil no era.

COLORS - BEOMHYUN (ADAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora