❝Aether se ha dado cuenta que el adepus que admira es mas que estupor en lo que ve a simple vista. Mientras tanto Xiao esta seguro de lo que siente por el viajero pero no esta dispuesto a compartirlo cuando Liyue esta antes que su sentimiento❞.
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Capitulo 1
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Todo se tornaba en un rosa combinado con un madrugador a la orilla de un cielo despejado. Aether estaba de buen humor, no tenia encargos y Paimon estaba lo bastante entretenida con comer en alguna posada que habían decidido separase por algunas horas en lo que ella terminaba de gastar todo el dinero que habían ganado en seis días.
Sus pasos se volvieron calmados, hasta que su corazón dio un vuelvo de repente y sus pensamiento huyeron dejando a la razón sin deriva. Observando a aquel que había comenzado a hacerlo sentir extraño.
Inmediatamente corrió hacia el, con la esperanza de poder cruzar algunas palabras.
-¡Xiao!-
El Adepus volteo su mirada buscando el proveniente de esa voz, conociendo a su dueño de memoria grabada en el alma.
-Hmm- Aether sonrió, Xiao se limito a quedarse quieto sin moverse de su posición, si estuviera cerca del chico rubio temía hacer algo indebido.
-Es bueno verte, me preguntaba si quisieras ir por algo a la posada, he escuchado que sus platillos son deliciosos-
-Tengo trabajo- Xiao no lo pensó dos veces antes de responder, tenia un deber con Liyue y no podía darse el lujo de faltar a esta, pero. Los ojos azules de Aether lo hicieron dudar, segundos después de haber soltado sus palabras.
-Oh, seguramente estas muy ocupado quizás en otra ocasión- Si el Adepus ya estaba arrepentido.
-En la tarde-
-¿Dijiste algo?-
-Estaré ahí en la tarde- Sin mas desapareció. Aether tardo un momento en procesarlo para soltar una sonrisa que ni siquiera Paimon pudo apaciguar.
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La espera se convirtió en una poesía, pasajera, difícil de entender pero muy prometedora. El cielo se deslumbro tiñéndose de un anaranjado muy intenso.
Tenia tantas esperanzas por esta cita ¿Por qué lo era no? Sus manos sudaron y comenzó a preguntarse si debía dar la vuelta y salir corriendo.
-¿Mi cabello estará bien? ¿Y si no le gusta que hable demasiado?- Hizo que el pensamiento se alejara para sonreír, todo iría bien estaba convencido de aquello.
Cuando sus pasos lo guiaron y su corazón calmado le permitió a su cerebro pensar, la persona de la que tanto ansiaba estaba a unos metros de el. Sentando sobre el pasto, parecía expectante a su al rededor.