Correspondencia

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Un cartero musculoso

llegó a casa de María.

Ella dijo "¡qué tal día!

Hoy viajó mi buen esposo.

¡Ven conmigo! ¡Quiero un oso!"

A su cuarto lo metió,

suspiraban "¡ay! ¡Uy! ¡Oh!"

cuando oyeron asombrados

"¡Ay María, he regresado

pues mi vuelo no salió!"


Se abrió aquel cuarto nupcial

ella allí tragaba baba

y el cartero la peinaba.

"Mi estilista es sin igual"

ella dijo natural

"Oh là là", dijo el cartero.

Fue ella al baño con esmero

y el esposo dijo al fuerte

"No escondamos nuestra suerte.

¡Yo también a ti te quiero!"

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