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Tu casa estaba cálida como siempre y los sonidos de algunas personas discutiendo en el salón principal estaban tan presentes como siempre.
"¡Deja de robar mis galletas!" La voz de Tommy era, por supuesto, tan alta como siempre. Sonreíste cuando escuchaste a Tubbo gritarle.
"¡Ni siquiera eran tuyos, eran de Ranboo!" Se podía escuchar a Ranboo tratando de calmarlos a los dos, pero los dos estaban demasiado ocupados peleando.
Tocaron la puerta y escuchaste que Tommy respondía, solo para dar un portazo justo después de que él la abriera.
"Uh, Y/n, ¿puedes decirles que se vayan a la mierda?" Asomó la cabeza a la cocina donde estabas utilizando tu horno y asentiste, abandonándolo para seguir al adolescente larguirucho.
Abriste la puerta principal para ver a Wilbur y Quackity parados allí, mirándose el uno al otro.
"¿Qué necesitan?" Te uniste al triángulo de miradas deslumbrantes, saliste y cerraste la puerta detrás de ti.
El sol estaba alto en el cielo, pero eso no detuvo el escalofrío que te recorrió mientras te destacabas en la nieve.
"Necesito hablar con Ranboo y Tommy-" comienza Wilbur, mirando a tu alrededor para tratar de mirar a través de las ventanas a tu izquierda, y Quackity lo interrumpe.
"-Y necesito tener una pequeña charla con Tubbo."
"Cool. Pero no se puede hacer, ahora vayanse a la mierda. Los despediste, abriendo la puerta principal y entrando. Hiciste un movimiento para cerrar la puerta, pero Wilbur metió rápidamente el pie entre el marco y la puerta antes de que se cerrara por completo.
"Vamos, amor, solo queremos tener una charla con ellos". Su voz era suave y dulce como la miel, y sabías que era la voz que usaba cuando intentaba manipular a la gente. Cayó sobre tus oídos, era tan enfermizamente dulce.
Váyanse de mi propiedad antes de que los mate a ambos con hachas hechas con sus propias manos. También Wilbur, la próxima vez que me llames 'amor' será el día que te corte la lengua". Les sonreíste con frialdad, pateando el pie de Wilbur para poder cerrar la puerta, y luego te giraste para ver a los tres chicos observándote, desde la sala de estar, en completo silencio.
"Bueno, eso fue divertido, tengo más galletas listas si quieren". Suspiraste aliviado cuando volvieron a la misma actitud de antes, y Tommy te abrazó al pasar.
"Gracias... por no dejarlos entrar..." Se sumergió en la cocina para agarrar galletas inmediatamente después, saltando sobre el mostrador mientras Tubbo y Ranboo se sentaban en el suelo.
