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Había comenzado tan simple. Tan hermosamente simple.
Dos extraños se conocen por un completo golpe de suerte. Tal vez un tirón de hilos por el destino. Tal vez estaba destinado a serlo, o tal vez ustedes dos estaban en el mismo bosque por una tonta coincidencia. De cualquier manera, desde el momento en que tropezaron el uno con el otro, no hubo manera de dejarlo ir.
Tal vez tu destino había sido sellado desde el mismo momento en que lo viste por primera vez. Espada levantada, arco apuntado. Dos extraños que se encuentran en medio del bosque, cuando antes pensaban que estaban solos. O tal vez fue tu culpa, permitiéndote ser hipnotizado por esos ojos verdes siempre tan seductores. Como la abeja a la miel, como la polilla a la llama, que vio lo mismo que amaba y se dejó ahogar por ello.
Pero, ¿cómo, oh, cómo , un cuento tan simple podría terminar en tal tragedia?
Él te prometió el mundo. Lo hizo, lo hizo . Y te dejaste encantar por sus palabras, por sus miradas anhelantes, por la forma en que se recostaba en tu calor cuando nadie más miraba. Desde que lo viste por primera vez, supiste que esos ojos verdes serían tu muerte.
Los dioses tienen un sentido del humor retorcido.
Mientras yaces en el suelo frío, el carmesí se filtra en tu ropa, no puedes evitar pensar que deberías haberlo visto antes. Lo viste antes.
Batalla tras batalla, guerra tras guerra, uno habría pensado que el verde de sus ojos se habría vuelto más tenue, más oscuro, sin vida . En cambio, después de cada triunfo, después de cada pérdida, sus ojos parecían brillar más. Un verde neón, un brillante recordatorio del orgullo que inundaba su cuerpo cada vez que la sangre manchaba el acero de su espada.
"Creo que te mereces algún tipo de elogio". Dream murmullo, palabras suaves. tan suaves _
El aire quema contra tus pulmones mientras tu propia sangre se acumula alrededor de su espada. Tu cabeza descansa sobre su regazo, sus manos enguantadas acariciando cuidadosamente tu cabello.
Sus palabras son como la miel, y si no fuera por el zumbido en tus oídos, probablemente te hubieras perdido en ellas.
"Te acercaste demasiado a mí, Y/N. Nadie llega nunca tan lejos.
Tus ojos llorosos se encuentran con su máscara. Odias no poder ver su rostro. Solo un disco de porcelana con esa extraña sonrisa que te devuelve la mirada. Tu voz es débil, como si piedras se te clavaran en la garganta. " ¿Qué? "
Dream niega con la cabeza, un suave zumbido sale de sus labios. "Hiciste tu parte. Lo hiciste bien." Su mano alcanza suavemente tu barbilla, obligando a tus ojos a encontrarse con su máscara. Hay cierta rigidez en sus movimientos, y no puedes evitar preguntarte si siempre había estado ahí. Solía ser el hombre que entrenaría contigo, se divertiría contigo. El hombre que una vez te pidió un baile bajo las estrellas.
Mientras lo miras fijamente, sientes que tus pensamientos se vuelven más pesados y confusos.
¿Siempre ha sido así?
" Pero esta guerra es mía. No importa el costo".
Dice Dream, y su voz es ligera, engañosamente cariñosa. Sacude la cabeza, una pequeña risa escapa de sus labios. Y no puede permitirme perder nada. No a el . Inclina la cabeza ligeramente, el pulgar rozando tu labio inferior muy suavemente. Entonces, murmura, más para sí mismo que para ti. "Tengo que cortar todos los cabos sueltos antes de que lo hagan por mí".
Tus ojos se vuelven más pesados a tus costados, tu cabeza mareada. Dream se pone de pie, no, se arrodilla a tu lado. Se ve más alto desde el suelo. Quizás alguna vez lo encontraste protector. Ahora solo se ve amenazante, aterrador y horrible.
Cuando su mano alcanza tu mejilla una vez más, no encuentras la fuerza para alejarte. Su pulgar acaricia tu mejilla, limpiando las lágrimas perdidas que rodaron por tu rostro. "Es un mal necesario, mi amor." Susurra, antes de ponerse de pie en toda su altura. "Pero por lo que vale, lo siento ".
El sonido de sus botas al pisar la tierra queda ahogado por el zumbido en tu cabeza. Quieres gritar, chillar, llorar . Pero estás tan cansada. Tan, tan cansada. Si pudieras cerrar los ojos por un momento, solo por un segundo...
Apenas se escuchan los gritos y gritos a lo lejos. ¿Sapnap , tal vez?
No , no Sapnap.
Pasos vienen corriendo en tu dirección. No escuchas el llanto, y no escuchas las súplicas. ¿Esmalo?
No, no, no es malo.
Puntos negros comienzan a acumularse en tu visión, manos sujetando las tuyas. Es una figura distorsionada, una a la que apenas le puedes dar sentido. ¿Es Sam?
Cierras los ojos antes de que puedas averiguarlo.
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