CAPÍTULO 8

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antes de salir de la cafetería compre dos empanadas para llevarlas a casa y compartir con Daniel para la cena

cuando entré a casa había correspondencia la agarre y ahora estoy en la mesa de cocina comiendo mi empanada revisando la correspondencia veo una que me llama mi atención.

Un gusto volver a contar con su apoyo Daniel Colins, lo estaremos esperando su presencia para poder ponernos de acuerdo para las practicas de armas para los nuevos integrantes y poder enseñarles. Le mandaremos información al respecto sobre las clases y cómo tendrá que enseñarlo. muchas gracias atentamente director Juan Galindo

se va a volver a ir

Daniel se va a volver a ir y no me había dicho nada

lágrima salen de mis ojos y el hambre se va

no le hago caso a las demás cartas y lloro

lloro por que se va a volver a ir y puede que no sepa nada de él durante meses

oigo la puerta abrirse y veo que es Daniel

su vista se dirige a la carta en mi mano y me ve con susto

–valeria no es lo tu crees que es- dice antes de acercarse a mi

–entonces no te vas a volver a ir, dimelo porfavor, dime la verdad

y entonces su silencio me lo confirma

–valeria déjame explicarte la razón por la cual me voy a ir

–habla por favor,hazlo- suena más como un susurro

–antes de que viniera me habían comentado sobre los nuevos integrantes y sobres las clases, me dijeron que si estaba interesado y que si lo hacía iba a tener un pago nada mal que nos podría ayudar con los gastos y sobre todo con tu universidad

–entonces es por dinero, sabes que estoy aplicando para becas de hecho hoy fui a dejar mis papeles y si es por lo economico no te preocupes podemos buscar una manera de conseguir más

–no es asi de facil, no puedes descuidar tus estudios ya has perdido tres años, lo hago para que puedas cumplir tus sueños, haz lo que yo no pude

–¿qué estás diciendo Daniel?,¿qué es lo que no pudistes hacer?- un silencio aparece- Daniel responde, ¡DANIEL!- un grito desesperado sale de mi y puedo ver su cara con unas lágrimas adornandola y se que no es el único que tiene lágrimas en la cara

–supuse bien todo este tiempo entonces

–¿qué cosa?, dilo

–que yo quería ser parte del ejército,que yo quería dedicar mi vida a arriesgarla, ¿eso es lo que crees?

–pero desde chiquito siempre has dicho eso

–Valeria lo decía porque me obligaban a decirlo,¡esto no era lo que yo quería! ¿quieres que te cuente la verdad?

silencio

esa es mi respuesta

-papá desde chiquito me dijo que ser parte del ejército iba a hacer lo mejor para él y para mí, que volverse parte de eso me iba a volver una mejor persona pero eso era lo que yo no quería hacer, me lo pinto demasiado bien que cuando ,me di cuenta de todo lo malo ya era demasiado tarde, ya había perdido amigos primero eran entrenamientos, luego defensa, armas y explosiones- solloza y ambos tenemos lágrimas en los ojos- valeria vi cosas que no quería ver, el Daniel que quería ser profesor el niño inocente murió cuando vio todas esas esas escenas, pero cuando me dijeron que tenía la oportunidad de enseñar, el niño dentro de mi se ilusiono que de una u otra manera podría cumplir mi sueño

ahora entiendo por que siempre se ofrecía a ayudarme con mis tareas

lo obligaron a ser algo que no quería ser

–no se que decir, lo siento por que no dejaron que cumplieras tus sueños- susurro tocándome la nuca con los codos en la mesa

–por eso quiero que cumplas tu sueños, para que luego de unos años no te arrepientas y que hayas sentido que has desperdiciado tu vida

no le respondo pero me dirijo a él y le doy un abrazo 

El chico de  la libreríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora