Hidden Crown (En Edición)

Capítulo 4: Respondiendo dudas

POV: Wilhelm

Hoy me reuniría con Felice para que me entregue el nuevo teléfono, lo consiguió en una tarde. Llegué a los establos donde acordamos vernos ya que ella tenía práctica.

–¿Lo tienes?- pregunté en cuando la tuve enfrente.

–Holo a ti también Wilhelm- dijo con un tono resignado

–Lo siento.

–Bien, aquí esta también te compré otra tarjeta por si acaso y para que tu madre no sospeche- Me alegra tenerla como amiga es la mejor.

–Gracias, eres la mejor- Le dije para darle un abrazo rápido.

–Lo sé, bueno ahora vete tienes que llamar a tu enamorado- Me dijo, luego salí corriendo como alma que lleva el diablo para ir a mi habitación y hablar con Simón. Al llegar cerré la puerta con seguro para evitar interrupciones, me senté en mi cama y marque su número, sonó una vez, dos y ...

 POV: Simón

Quería ensayar un rato en el salón de música y ya llevaba un rato sentado en el piano cuando recibí una llamada de un número desconocido, mamá dice que no responda estas llamadas pero algo me decía que lo hiciera.

En la llamada:

–Aló ¿Quién habla?- Pregunté.

–¿Simón?- Esa voz, que yo recuerde este no es su número.

–¿Wilhelm?, esté no es tu número

–No, este es otro teléfono, el mío está intervenido por mi madre- La verdad no me sorprende y menos viniendo de la Reina Kristina- Necesitamos hablar Simón.

–Lo sé- Suspiré- ¿Cuándo y dónde?, no podemos hablar dentro de la escuela, podrían escucharlos e ir con tu madre.

–Cierto, podría ser en casa de Sara me dijo que Linda fue a ver a su hermana.

–Bien, te parece a las ¿siete de hoy? 

–Me parece genial, allí te veo. ¡Adiós!

Cuando colgó llamé a Sara para avisarle, ella aceptó pero dijo que se lo comentará a Eli que en ese momento me escribió para decirme que saldría con Felice y Sara así que yo le conté lo de Wilhelm a lo cual comenzó con un regaño para luego desearme suerte, cuando termine de hablar con ella tomé mis cosas y fui a mi cuarto a cambiarme.

Cuando faltaba media hora para para encontrarme con Wilhelm llamé a mi amiga Rosh para que me llevará la cual aceptó feliz, cuando llegamos le dije que la llamaría para vernos luego aunque también me regaño por no haberle llamado o por lo menos escrito  a lo que me disculpé para entrar a cas de mi tía, ahora solo faltaba esperar a Wilhelm quien no tardó en llegar. Al abrir la puerta era él vestido con un pantalón de mezclilla azul marino, una camisa blanca, su abrigo azul y una bufanda azul rey que le cubría del frío.

–Hola Wilhelm- Saludé tranquilo- Pasá.

–Hola Simón, gracias- Se escuchaba nervioso pero de seguro no lo estaba tanto como yo, así que lo invité a sentarse- ¿Y Sara?

–Con Felice y mi hermana- Era raro verlo de nuevo de esta manera, solo él y yo sin nadie más.

–Entonces ¿Príncipe Simón?- No recordaba que fuera tan directo.  

–Si, de hecho desde hace tres años cambió a Príncipe Heredero, pero solo dime Simón no me gustan las formalidades- Me senté a su lado, demonios la tensión a nuestro alrededor era palpable.

–¿Por qué no te presentaste de esa manera desde un principio?¿Por qué como Simón Erikson?- Me temía esa pregunta porque no sabía cómo le respondería y lo miraría a la cara al mismo tiempo.

–Porque quería sentirme libre, libre de las responsabilidades de ser el heredero, libre de mostrar mi rostro y de decir mi nombre, así que a Elena y a mi se nos ocurrió la idea de que yo viniese a vivir con mi tía pero mi padre no estuvo de acuerdo hasta que lo convencimos pero nos puso la condición: si yo me metía en algún problema que involucrara a los medios tendría que revelar quién era y para mi hermana era venir a estudiar aquí, después te conocí- Le explique.

–¿Entonces arruine tu vida?- Demonios debí pensar mejor en mis palabras ya que su voz salió débil y triste.

–¡No, carajo, no! quería decir que me la cambiaste no que me la arruinaste, Wilhelm eres de las pocas personas en este mundo tan jodido que en verdad me importan en esta vida ¿comprendes?, Wilhelm yo... yo ¡Te amo! incluso más que el primer día ¿si?- Cuando por fin tuve el valor de mirarlo él ya tenía lágrimas en los ojos pero también me estaba mostrando esa sonrisa de la que me enamoré y sin más me besó apasionadamente.

–Y tu eres lo mejor que me a pasado en la vida y también  te amo Simón- Dijo cuando nos separamos del beso por falta de aire, para después volver a besarnos como si fuera la última vez, esta sería una noche perfecta de eso estoy seguro.