El escape

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Puesto que el siervo del demonio era astuto, sólo hacía que el vecino temblara de miedo al saber que ya estaba condenado, por lo que pensó en capturarlo y torturarlo; el vecino con la voz baja y todo el cuerpo temblando, le dijo que no, que su alma sigue siendo de él -exclamó- pero el siervo no era un tonto, sabía que su mente era débil y podía hacerle creer lo que él quisiese, así que sólo tubo que dar un soplido para que el vecino cayera en un sueño profundo, así el siervo podría capturarlo sin hacerle daño, pasó el tiempo y el vecino despertó desnudó en una jaula con una cadena entre el cuello y las manos atadas, él no sabía lo que pasaba, solo gritar, sólo eso podía hacer para que alguien lo salvara, pero nadie podía escucharlo; el siervo llegó y le preguntó, ¿Estás listo para tu ritual de sacrificio? puesto que iban a invocar al rey de los demonios, le explicó el siervo al vecino, para que pudieran recolectar todas las almas que quisieran como se lo habían prometido los padres de los niños, el vecino al ver que lo sacaron de la jaula para llevarlo a sacrificar, tomó la soga con la que estaba atado e intentó asfixiar al siervo, sin embargo, era inútil, pero entre tanto forcejeo, el siervo tropezó con la cadena y así golpeando su cabeza contra una piedra afilada... así murió. El vecino corrió lo más rápido que pudo, tomó sus cosas que estaban en la entrada y desmembró al siervo para poder sacarle los huesos y hacer algo para escalar, subió hasta la cima del hoyo y logró escapar, pero en el fondo se escuchaba un risa, un silbido y una voz muy baja ,que decía, no puedes escapar...

Soy él, pero, quién soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora