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BAN, INICIAR

BAN, INICIAR.

Ban había nacido con una forma de ver el mundo muy diferente al de las personas de su alrededor, observaba a profundidad, analizaba cada suceso y con juicio sosegado ideaba que haría él para mejorar las cosas o incluso corregirlas, sin embargo ya desde muy pequeño aprendió que él solo no podía mejorar el universo, no podía hacer gran cosa por ayudar a los seres vivos y no podía por sí solo derrotar el mal que consumía su sociedad, por lo que siendo aún muy joven, inexperto y con muchas ilusiones comenzó un proyecto que ni por asomo imaginó que llegaría hasta donde ahora con sus propios ojos podía contemplar.

Entonces a la tierna edad de 21 años, se aventuró al universo, primero que nada, necesitaba aliados y si estos tenían liquidez, para él sería mucho mejor, nada como un buen samaritano dispuesto a abrir su cartera, si con esto claro se granjeó en un futuro un lugar en el mundo que Ban pensaba construir.

Su capacidad de convencimiento incluso a él le asombraba, para antes de que terminara el ciclo lunar ya tenía tres aliados poderosos y con grandes flujos de capital, había construido tres instalaciones alrededor del universo y tenía a su cargo muchos seres, que llevados a el por compartir el mismo sueño, pero aun faltaba lo más importante un equipo élite y un abanderado, no siempre la causa por sí misma era lo suficientemente poderoso como para mover ejércitos y él lo sabía bien.

La galaxia tenía ya algunos años de ser controlada y manipulada por un grupo de seres de gran inteligencia, pero nula empatía y sensibilidad por todos los seres vivos pobladores de la misma, muchos habitantes morían de hambre, otros con el fin de no llegar a tan aberrante desenlace se inclinaban por convertirse en ladrones o peor, mercenarios, por supuesto que todos los grupos vulnerables padecían el ambiente en la galaxia, las injusticias, la corrupción, el hambre y la muerte gobernaban cada planeta, muy pocas sociedades lograban mantenerse al margen del ambiente general y ejercían algún tipo de gobierno que beneficiará en lo posible a la mayoría, estos se mantenían distanciados e incluso hasta ocultos del gobierno de la galaxia.  

Un Rey y una Reina, fríos y desinteresados ocupaban el trono, siete consejeros ejercían la ley y siete generales mantenían el control militar dentro del territorio, el ambiente general en cada rincón de la galaxia era de miedo, ansiedad y mucha depresión, nadie se sentía realmente dueños de sus futuros o su felicidad.

Este era el panorama en el que vivía Ban y la razón por la cual buscar un cambio, no era tonto, sabia que cada uno de sus inversionistas lo que buscaban era solo un cambio de poder y hacerse ellos mismos con la batuta del control, pero sus planes no podían estar mas alejados de esa visión.

Ya se habían encendido de forma esporádica y dispersa algunas pequeñas llamas de rebelión contra el sistema gubernamental de la galaxia, pero estas eran inmediatamente sofocadas por el sistema militar, sin embargo, Ban tenía la esperanza de encontrar a su equipo élite dentro de esas motas de rebelión, para él que esos seres, sin influencia y sin poder se hubieran atrevido a levantarse contra el imperio galáctico era digno de admirar y conservar.

El equipo de científicos y matemáticos de su instituto, como él le llamaba, habían logrado generar un pequeño radar de Oldi´s, así le llamaban a la unidad de medida del centro energético de todos los seres vivos, Ban y sus investigadores habían descubierto que los mejores guerreros o los seres con mayores talentos nacían con centros energéticos u Oldi´s mayores a los 50 puntos, los seres “normales” nunca sobrepasaron ese puntaje, pero los seres excepcionales podían superar ese puntaje sin problema, él mismo después de muchos estudios antes de la construcción del radar, había dado un puntaje de 51 Oldi´s, ahora esperaba construir un pequeño ejército gracias a esa información y al radar construido por su equipo.

Y así fue, al acercarse con su equipo a los planetas o zonas iniciantes de las revueltas, encontró no solo seres excepcionales, llenos de talento, fuerza, espíritu combativo y mucho valor, también encontró mentes dispuesta y convencidas de que se podía cambiar la forma de vida y que el bien común era alcanzable, encontró mentes afines. Pero no encontró a su equipo, no al menos el equipo en el que había soñado, claro, que él no era alguien que se rindiera con facilidad, por el contrario muchos lo podrían describir más bien como un ser con mucha persistencia, y como no, pensaba él, después de tantas derrotas y ser pisoteado, casi morir de hambre y ver a mi propia familia tener exactamente ese fin, no él no se rendiría, pero mientras no encontrara a su equipo, comenzó a organizar a sus nuevas adquisiciones, algunos como maestros, consejeros, generales, capitanes, directores encargados de administración de los diferentes recursos, toda una organización, un Instituto, como fue conocido siempre, Ban había decidido no llamarlo de ninguna manera, esto también para evitar ser más fácilmente rastreados por el gobierno, así que al final fue  solo Instituto, El Instituto.

Los laboratorios, las aulas, los gimnasios de entrenamiento, los talleres mecánicos, las oficinas, salas de computadoras, salas de contabilidad, los edificios de viviendas, crecieron se multiplicaron, poco a poco el instituto creció y como un pulpo sus fuertes y largos brazos se extendieron a lo largo y ancho de la galaxia, abrazando fortaleciendo y haciendo crecer a las sociedades a su paso, el instituto por sí mismo alimentaba, daba empleo y educación a muchos habitantes de la galaxia y el gobierno seguía en plena ignorancia, no entendían qué pasaba y en donde desaparecía la población dentro de sus registros, que pasaba con pueblos enteros que simplemente se esfumaron de sus mapas, al principio el gobierno no había prestado la más mínima atención, no le interesaba lo que pasará con los seres vivos, mientras ellos siguieran recibiendo los impuestos de los planetas, pero poco a poco fue todo notorio, palpable, preocupante y comenzaron las investigaciones.

Para este punto Ban estaba más que listo, ya era hora de iniciar el juego.