Los que se pelean se desean

916 45 20
                                    

23 de septiembre. 

Primer día de otoño, por lo tanto significa que los estudiantes del instituto de Katolis estaban de fiesta, ese mismo día todos los estudiantes celebran la llegada del otoño, o también llamado el baile de las hojas caídas.

Siglos atrás, los cuatro grandes reinos, después de la unión de Neolandia y Evenere por temas de intereses, claro estaba, se reunían el primer día de cada estación; ya fuera para discutir asuntos militares, sociales o para tratar de que hubiera paz entre los cuatro reinos. Así que esto se acabó convertido en una especie de fiesta para los ciudadanos, ya que según pasaban los años muchos de los ciudadanos de otros reinos iban al reino donde se convocaban las reuniones, cuya fiesta acababa durando una semana. Esto provocó que cada reino fuera anfitrión de cada estación; Neolandia y Evenere eran anfitriones del invierno cuya fiesta se llamaba el baile de las nieves, Duren en cambio era anfitrión del verano su reunión correspondía al nombre del baile del resplandor, Del bar era anfitrión de la primavera cuya fiesta respondía con el nombre de baile de loto, y Katolis era anfitrión del otoño y su celebración se llamaba el baile de las hojas caídas.     

El instituto de Katolis celebraba esa noche con un 
baile en el pabellón del instituto, al que asistían todos los estudiantes del instituto, lo que significa que los estudiantes podían olvidarse de los estudios y exámenes, y emborracharse y hacer alguna estupidez para recordar esa noche. Pero este no era el caso de la joven muchacha que se encontraba conversando con su compañero de tecnología, que a diferencia de ella apestaba a alcohol debido a todo lo que había bebido esa noche, Rayla sabía que al día siguiente su compañero iba a tener una terrible resaca. Por suerte para ella, su amiga que la había visto intentar cortar la conversación en varias ocasiones y alejarse sin que el acompañamiento inesperado la siguiera, cosa que obviamente no había funcionado, decidió ayudarla llevándose a Rayla lejos con la excusa que necesitaba ayuda, cosa que extrañamente funcionó. 

-Gracias Nyx, te debo una.- Le dijo la platinada a su amiga por haberla salvado de la gran insistencia de su compañero de tecnología. 

-No hay que darlas, además se veía de lejos que no te iba a dejar en lo que quedaba de noche.

-Si, parecía que no iba a cortar hilo de conversación por más que intentará despedirme.- Dijo Rayla mientras bebía un poco de zumo de moras lunares, no quería pasarse con el alcohol y aunque había bebido un poco ella seguía prefiriendo el zumo de moras lunares. Además de que no le apetecía cometer ninguna estupidez mientras estaba bajo los efectos del alcohol. 

-Por cierto, ¿Qué hora es?- Le preguntó Nyx a Rayla haciendo que el rostro de Rayla mostrará confusión. 

-Las doce y cuatro minutos, para ser exactos ¿Por qué? 

-Porque es raro ver tan temprano a alguien demasiado borracho.- Explicó Nyx

-Hay gente que no se controla cuando se trata de beber.- Respondió Rayla encogiéndose de hombros. 

-Supongo que tienes razón…- dijo Nyx de forma distraída, tenía la mirada clavada en alguien detrás de Rayla, lo que hizo que la oji-violeta se diera la vuelta de forma distraída, no le apetecía que quien fuera que Nyx estuviera mirando, de una forma poco discreta, se hubiera dado cuenta de que había notado a su amiga mirándolo medio embobada. Y cuando se dio la vuelta entendió todo. Soren, uno de los grandes jugadores del equipo de fútbol se dirigía hacia ellas. 

-Hola, Rayla…- saludo el jugador mirando a Rayla durante un momento.

-Hola Soren, ¿Pasa algo?- Respondió la chica al intuir lo que su amigo iba a pedirle. 

-Me preguntaba si… ¿Te importaría si te robo a Nyx durante unos minutos? 

-No, por supuesto- Dijo Rayla dándose la vuelta para guiñarle el ojo a su amiga, sabía que Nyx tenía un flechazo por el rubio y por lo que había notado ese flechazo también lo tenía Soren, aunque los dos no habían intercambiado mas que alguna que otra palabra, ella no sabía si por timidez o porque eran estúpidos y no sabían hablarse o cualquier otra cosa, pero la cuestión es que el muchacho se había atrevido a dar una especie de primer paso. 

One-shots [Rayllum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora