Un Mundo Para Mí ~ [Legolas X Harry]

Cap.1 [El maestro de la muerte]

Harry veía esos ojos vacíos de vida cada noche. Como un testigo impotente, revivió la escena una y otra vez sin poder olvidar. ¿Por qué él? Dicen que el tiempo cura las heridas, pero la suya seguía abierta. La sangre siguió fluyendo hasta que se debilitó y sufrió. Hacía ya seis meses que habían ganado la guerra y había conseguido derrotar a Voldemort. Sin embargo, no sintió ni alegría ni alivio. Por el contrario, era el cansancio el que se había apoderado de él desde el final de la guerra.

Había perdido tanto durante ella, sus padres, su padrino, Remus y tantos otros. Incluso sus amigos más cercanos como Neville y Luna habían sucumbido a sus heridas.

Después, su magia había aumentado considerablemente, haciéndolo más poderoso que Dumbledore. Era estimulante sentir el poder fluyendo por sus dedos, poder hacer cualquier cosa con él. Su magia burbujeaba dentro de él, como si tuviera su propia conciencia y fuerza. Le apoyó y ayudó en los momentos difíciles, hasta convertirse en su mejor amigo.

Después de la gran batalla, se dio cuenta de sus deficiencias. Tenía tantos defectos que resultaba risible. Él, que nunca se había molestado en buscar más información, había desarrollado de repente una pasión por la literatura. Se había puesto a leer absolutamente todo lo que caía en sus manos para corregir su incompetencia. Algo que debería haber hecho hace mucho tiempo.

Unos meses después de la batalla final, Inglaterra no tenía nada más que ofrecerle. Así que decidió viajar por el mundo. Primero visitó las bibliotecas de todas las ciudades y regiones de brujas. Siempre quería aprender más, ya fuera sobre el mundo muggle, el mundo mágico o incluso sobre las criaturas mágicas. Pero pronto se cansó de encontrar las mismas cosas en los libros, así que empezó a practicar lo que había aprendido. Fue un comienzo difícil. Controlar toda esa magia era complicado. Pero con meditación y mucha práctica, pronto lo dominó.

oOoOo

A finales de diciembre, Harry decidió volver a Hogwarts para hablar con Dumbledore sobre su futuro. Todo el mundo pensaba que iba a ser un Auror, pero él no tenía ningún deseo de serlo. No quería sacrificar su vida para ayudar a la maldita comunidad de magos de nuevo. No, quería ser libre, libre para tomar sus propias decisiones, libre para pensar lo que quisiera, libre para vivir su vida. Después de todo, era el mago más rico. Así que podía hacer lo que quisiera y si decidía no trabajar, entonces el mundo mágico tendría que aceptarlo.

Así que caminó hacia el castillo con su capa de invisibilidad a la espalda. Su mirada se dirigió al bolsillo con amargura. Ahora también tenía la varita de anciano en su poder. Era tan poderoso que se estremeció al sostenerlo. A pesar de ello, no se atrevió a desprenderse de él. Todavía estaba enfadado consigo mismo por haberlo ocultado y mentido.

Cuando llegó a las puertas del despacho del director, echó un último vistazo a su alrededor y desvió la estatua con un gesto de la mano antes de subir las escaleras. Quiso entrar en la habitación, pero distintas voces se lo impidieron.

- "Director, si puedo preguntar, ¿cuándo puedo emitir la orden de arresto para Potter?"

- "Espera un minuto Fudge, no tenemos prisa".

- "¡Alcaide! ¿Cómo has podido hacer algo así? ¡Después de todo lo que ha hecho por ti!"

- "¡Severus! Esto no es asunto tuyo" -dijo Dumbledore-.

- "¡Claro que es mi negocio! ¡No lo he protegido todos estos años para nada! Después de pagar a la Srta. Granger y al Sr. Weasley para que fueran sus amigos y conseguir que se casara con la Srta. Weasley para poder controlarlo, ¡quieres meterlo en la cárcel porque se ha vuelto más poderoso que tú! ¿No te da vergüenza después de todos estos años actuando como un abuelo para él?"

Sin aliento por su perorata, Severus continuó con más calma, pero con una mirada molesta. Claro que no le gustaba el chico, pero eso no era razón para controlar la vida de un niño de esa manera. No era un arma, ¡era un chico de 19 años por el amor de Dios!

- "Estás loco" -dijo con un tono de voz neutro y un inmenso odio en los ojos-.

La conversación que estaba escuchando le heló la sangre. Harry no podía creer lo que oía. ¿No fue suficiente sacrificar su infancia, su vida? Y encima, ¿todos los que amaba tuvieron que traicionarle tan horriblemente? Se sintió conmovido al escuchar a su profesor defenderlo con tanta firmeza, pero saber que sus mejores amigos, su única familia, habían sido en realidad una ficción lo enfermó.

- "¿Y tú? ¿No estás haciendo nada? ¿Pensé que considerabas a Harry como tu propio hijo?"

Harry no podía distinguir con quién hablaba Severus, pero en el fondo sabía que saberlo le rompería el corazón.

- "Harry es peligroso, debe mantenerse alejado de mis hijos a toda costa".

Harry no podía creerlo, esa voz, era... ¡era la de Molly! Su madre de corazón... ¿Por qué lo odiaba tanto? ¿Era realmente un monstruo?

No se dio cuenta de las lágrimas que corrían por su cara. Le habían traicionado tanto que pensó que estaba teniendo una pesadilla. ¿Quizás se lo merecía? Al final, siempre llevó a la gente que amaba a la muerte.

Se sintió tan herido y tan profundamente afectado que no pudo contener su tristeza y las lágrimas cayeron aún más. ¡Qué demonios! ¿Qué había hecho para vivir así? Siempre lo había dado todo, incluso cuando se lo habían quitado. Había aceptado todo con una sonrisa para ser amado. Nunca se había resistido cuando se le utilizaba como arma. Duele... tanto...

Pero el sentimiento que se apoderó de los demás fue la decepción. Sí, Harry estaba profundamente decepcionado con la gente en la que había confiado. Rara vez se confiaba a ellos. Les había entregado sus miedos, sus dudas, y ahora se sentía horriblemente desnudo ante ellos. Les había contado todo. Había sido tan ingenuo. Angustiado, se desplomó en el suelo. Lo peor era que ni siquiera podía enfadarse con ellos. No quería hacerles daño.

En ese momento, sólo quería amor, vivir feliz y no estar más solo. Incluso estaba dispuesto a morir para recuperar a su familia...

Perdido en su angustia, no sintió el vacío que le rodeaba, y de repente, desapareció...