Polvo de Hada(ADAPTACIÓN) VMIN

DOS

Se escuchaba los gritos y los vasos de cerveza chocar. Hace mas de 5 minutos llegaron al barco Vante, una tripulación mas conocida de los mares. El capitán sobre todo, los rumores que corrían sobre el no era tan bueno.

El que tenía la bolsa de tela tocó la puerta escuchando un pase. No podía verlo pero si escuchar lo que comenzaron a conversar.

-Capitán Vante - saludó alzando a la Hada. -Al parecer es un Hada artesana

Vante sonrió levantándose, siempre había querido un Hada artesana para sus bienes, el barco necesita reparaciones después del ataque de un barco enemigo. Llevándose orgullosamente la victoria, y simplemente buscando una isla para rellenar los barriles de agua y almacenar frutas y demás, pero la suerte esta de su parte.

Y al conseguir el trabajo, la vendería, por millones. Es una de las más costosas. Premio doble.

-¿Como lo sabes? - preguntó haciendo un gesto con la mano para que le entregará el Hada.

-Estaba en una botella y espejo capitán.

El Hada se giró ya que su bolsa fué sacudida, cayendo a una jaula de madera y encerrada de nuevo. Ahí pudo conocer en persona al Capitán Vante, estaba sentado en W.

-¿Lo ve? Su traje es verde, como lo dijo esa anterior Hada que capturamos hace algunos meses.

Se acorralo contra las rendijas llevando sus manos a su pecho.

Los ojos del Capitán brillaron con suma atención al pequeño cuerpo encerrado. Era hermosos, muy hermoso, no lo negaría, ese corto vestidito verde dejaba lucir sus lindas piernitas, era diferente, había algo extraño en él que no concordaba con las demás. Haciéndola especial.

Tanto que lo miró a cuerpo completo conectando con la mirada del Hada, sintiendo una extraña sensación en su pecho provocando querer tocarlo y pasar cuidadosamente su yema por el brillo de su ser. Tuvo la intención aproximando su dedo hasta ser interrumpido.

-No me toques - Advirtió. Dejandolo sorprendido.

El parpadeo empezando a reír y dejarlo en su mesa, dándole una señal a que se marchara. Jamás en sus sueños mas locos, alguien se atrevería a responderle, pero es una cajita de sorpresas, una mini cajita.

-Pero miren que tenemos aquí - rodeó la mesa caminando en círculos.

El Hada se mantuvo en la misma posición con la vista baja, apretando sus manos en puños. No escuchó mal, habían conseguido información de ellos, incluso las posiciones de cada división de trabajo porque supo que era un artesano.

Ahora quien sabe cuanto sabe, estaba temiendo que supiera del árbol sagrado donde habitaban. Del polvillo, esos piratas piensan y saben que solo las Hadas lo tienen. Como si ellas mismas lo produjeran.

-Contéstame

Solo así lo miró. Su rostro estaba cerca, miró a la perfección cada detalle de su rostro, esos ojos azules igual que dos diamantes pero sin brillo, bajando hasta la morena piel descubierta de su pecho donde se dejaba lucir un tatuaje de "Vante" con un barco. Y estando algo inclinado pudo también dar una vista al inicio de los abdominales, parpadeando y retirar la mirada.

-No tengo nada que contestarte.

El capitán golpeó su lengua contra la mejilla, demostrando el enojo de aquellas palabras. Agarró de mala gana la jaula para colgarla en un gancho.

-Pues veremos si hablas antes de que te venda estúpida Hada.

Y con esas duras palabras entró por una puerta de cedro cerrando de golpe.