Reencuentro

Preparaciones

Samuel y Carla habían logrado dejas todas las diferencias atrás, estaban construyendo algo muy bonito y único, algo que debían haber hecho desde hace años. Samuel por su parte estaba preparando otra sorpresa para la rubia, volver con ella no fue suficiente... quería más y sabía que ella quería lo mismo.

-¿Cuándo piensas hacerlo? - pregunto Omar

-Por la noche.

Omar era el primero en saber todos los planes de Samuel, quien se ponía más y más nervioso con toda la situación.

-¿Debería hacerlo? - cuestiona Samuel

-Hazlo.

-¿Seguro?

-Samuel, esta oportunidad no tendrás de nuevo... deberían dejar de jugar, si tienen un hijo juntos deberías hacerlo y lo sabes.

-Estoy muy nervioso, más que nunca... tengo miedo de rechazo.

-Samu, es Carla.

Samuel sonríe al darse cuenta de que Omar tenía razón.

Es Carla y lleva muchos años enamorada de él, igual que el de ella.

-No sé si va a gustarle el anillo...

Omar estaba harto de esa cobardía de Samuel, por eso el decidió tomar el móvil del castaño y llamar a Carla mientras Samuel estaba en el baño.

-Tenía que hacerlo, le dije que no te sentías bien.

-Joder, Omar - se queja

-Pídele matrimonio ya e infórmame sobre la decisión.

-¡Eres un idiota!

-Si, pero es gracias a mí que has vuelto a verla y te diste cuenta de que la amas más que nunca, ¿no?

-Si, en eso tienes razón.

En cuanto Omar se había ido, Samuel se quedaba solo, aun tratando encontrar mejor manera de pedirle matrimonio a Carla.

Igual era un paso un poco apresurado, pero poco le importaba, tenían un hijo juntos y ambos ya no se encontraban en relaciones con otras personas que por cierto eran dos relaciones sin amor y por despecho.

De pronto el se daba cuenta de que necesitaba crear un ambiente romántico antes de que Carla llegara, sabía que con eso iba a conquistarla de nuevo... la rubia siempre odiaba mostrar sus verdaderos sentimientos, lo que realmente le gustaba era todo lo romántico.

Samuel convirtió su casa en el lugar más romántico, se dejaba caer en el sofá para descansar un poco cuando oye el timbre de las puertas que le pone más y más nervioso, sabiendo que en cuanto las abre y hace su propuesta todos sus sueños o pesadillas podrían convertirse en realidad.