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Jay

—Oye, rata—. Otra vez esa voz rasposa que me despertaba todas las mañanas—. Uno de tus amigos te está esperando abajo y está bien bueno. Si no fuese menor de edad me lo tiraría—. Apreté los dientes. Maldita sucia—. Ya levántate—. Me golpeó con lo primero que encontró.

—Vale— me senté en la cama y me miró con asco.

—Estás gordo—. le sonreí.

—Lo sé, Naye— me saqué la camisa que usaba para dormir sin vergüenza y me metí al baño de mi habitación.

Ella seguía parada en medio de la habitación, mirando, que podía robarme. Salí 2 segundos después.

—Por cierto, dile a Jungwon que suba—. Cerré puerta y comencé a bañarme.

¿Estaba gordo?, si.

¿Era feo? Si.

¿Era antisocial? Si.

¿Mi madrastra me odiaba? Si.

¿Era una abominación para la humanidad? Si.

Nadie podía hacerme cambiar de opinión.

🖤

—¡Jong! ¿¡Cuanto te falta!?—. Won me gritaba desde afuera.

Si había algo que no tenía ese idiota era cerebro y paciencia.

—¡Voy a entrar Jong!—. Rodé los ojos.

—¡Ya voy a salir maldito impaciente!—. Salí de la ducha, me sequé y me envolví la toalla en la cintura.

Abrí la puerta del baño y ahí estaba Jungwon parado con su cara "molesta", que era más un pucherito que otra cosa. Volví a rodar los ojos y lo saludé.

—Si, buenos días Jungwonie— Formé un corazón con los labios en señal de burla.

—Hola Seongie— estiró sus brazos dispuesto a abrazarme y perseguirme por toda la habitación.

—Iugh no, me acabo de bañar, aléjate—. hice todas las muecas de asco existentes—. Me voy a cambiar, si quieres espera abajo.

—No, está bien, no voy a mirar— me sacó la lengua y se giró. Me quité la toalla y me cambié a la velocidad de un rayo. El reía de espaldas y yo sólo me limité a golpearle la nuca y bajar, ya era tarde.

Thank u "mom"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora