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Jay

—Jay, ya levántate maldito flojo.

No entendía la lógica de Nayeon. Me despertaba diariamente para ir a la escuela, pero me odia. Loca.

—No molestes, aún es temprano— Le grité entre dormido. Tomé mi celular y miré la hora; siete y cuarto de la mañana: no era para nada temprano.

Me levanté y me metí al baño para darme una ducha. Tenía una rara sensación del día anterior y no recordaba por qué. Estaba tan inmerso en mis pensamientos que no reparé el que estaban tocando la puerta desde ya hacía un rato.

—Jay, ya es tarde, ¿cuánto te falta?— era Won. Al escuchar su voz recordé todo; él era gay.

—Won, si, ah— me puse nervioso y salí de la ducha, me enredé con la toalla y terminé en el suelo haciendo sonar mi cabeza contra el lavamanos.

—¡Jay! ¿estás bien? Voy a entrar—. Escuché la perilla girarse y le sobresalté

—¡No! No, estoy bien. No entres—. Le grité.

Me paré cuidadosamente y envolví mi cintura con la toalla. Tragué saliva.

—Ya estoy casi listo, espérame abajo si quieres— acoté al salir.

—N-no, te espero aquí. Abajo está Nayeon y— las últimas palabras no se las entendí porque balbuceó de una manera extraña.

—¿Qué pasó con Nayeon?. Habla bien Jungwon.

—Me tocó el— más balbuceos.

—Modula Won— me estaba molestando.

—¡Nayeon me tocó el maldito culo cuando venía subiendo la escalera! ¿Contento?— los colores se subieron a su rostro y mi toalla casi cae de la impresión.

—Voy a hablar con ella, ahora mismo—. Me puse el uniforme en dos segundos y me dispuse a bajar.

—No Jay, no te molestes, está bien.

—¿Bien? ¿Es en serio Yang Jungwon? ¿Crees que voy a dejar que una vieja depravada toque a mi mejor amigo?

—Pero Jay...

—No me vengas con excusas para defenderla, iré ahora mismo.

Bajé rápidamente y busqué a Nayeon con la mirada.

—¡Nayeon! ¡Nayeon!

Nada.

—¡Nayeon!

Ya había salido, maldición.

Thank u "mom"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora